Infertilidad, un asunto para tratar en pareja

Tener hijos o no es una decisión que debe tomar cada pareja de manera responsable y concienzuda. Muchas personas, una vez deciden que los tendrán, se encuentran con que sus intentos son en vano. Esta situación puede frustrarlas y crear problemas entre ellas. Sin embargo, la medicina y la tecnología están en constante búsqueda de tratamientos que les permitan a estas parejas tener el hijo que tanto han soñado.

Para comenzar, es importante aclarar qué se considera como una persona infértil. Si usted y su pareja tienen relaciones sexuales no protegidas –es decir sin hacer uso de algún método anticonceptivo– por un año y no logran un embarazo, pueden entrar en esta categoría y es aconsejable que se hagan pruebas médicas. Este periodo se reduce a seis meses cuando se trata de parejas en las que la mujer tiene más de 37 años, pues su capacidad reproductiva va disminuyendo conforme pasan los años y es mejor hacer las pruebas antes.

Según cifras de la Organización Mundial de la Salud, en el mundo hay 70 millones de parejas infértiles, por lo que este organismo declaró, desde el 2009, a la infertilidad como una enfermedad. En Colombia no existen números consolidados, aunque el Centro Colombiano de Fertilidad y Esterilidad (Cecolfes) ha realizado estudios y se calcula que el 15 por ciento de parejas en edad reproductiva (entre 25 y 35 años) son infértiles.

La infertilidad tiene varias causas. Alejandro Rojas Castillo, médico ginecólogo especialista en fertilidad, explica que «la calidad de los genes que conducen a la fertilidad masculina, por ejemplo, se está viendo deteriorada. Todavía no conocemos bien las razones, pero el fenómeno recibe el nombre de microdeleciones del cromosoma Y, que hacen que la calidad espermática sea mucho menor». También hay hombres que no tienen una cantidad adecuada de espermatozoides o estos no tienen una buena movilidad.

Otras causas, según el doctor Elkin Lucena, director médico de Cecolfes y pionero en técnicas de reproducción asistida en América Latina, son el «factor tuboperitoneal (cuando las trompas de Falopio tienen alguna lesión o bloqueo), las adherencias pélvicas (bandas de tejido cicatricial que se forman entre los órganos de la pelvis) y la endometriosis (cuando las células del revestimiento del útero crecen en otras áreas del cuerpo)».

Pero aparte de las causas anatómicas están otras que son prevenibles. El doctor Rojas las explica: » Las personas con sobrepeso pueden afectar su capacidad reproductiva, pero también las enfermedades de transmisión sexual pueden tener efectos sobre las trompas de Falopio o los conductos seminales de los hombres «.

Sustancias como el alcohol y el cigarrillo también pueden perjudicar la capacidad ovulatoria de las mujeres y, en los hombres, no solo la cantidad, sino también la movilidad de los espermatozoides.

Hay que recordar es que la infertilidad no es un tema que afecte solo a las mujeres, como suele pensarse. «Yo prefiero hablar de un problema de dos, de la pareja. Esto es muy repartido entre hombres y mujeres. Son muy precisos los casos en los que solo uno de los miembros tiene algún problema; casi siempre comparten algún inconveniente», asevera Rojas.

Busque ayuda

Afortunadamente, para las parejas existen algunas técnicas que con el paso de los años han ido mejorando. Recuerde que las tasas de éxito varían y dependen de cada persona.

La inseminación artificial, que, según el doctor Rojas, «consiste en tomar los espermatozoides, capacitarlos y fortalecerlos para luego colocarlos dentro del útero y que alcancen el óvulo», se sigue usando con frecuencia. Sin embargo, es la Fertilización In Vitro (unión del óvulo y el espermatozoide en un laboratorio), una de las técnicas que más avances han tenido.

El doctor Elkin Lucena habla de una nueva era de reproducción asistida: «Los objetivos son promover técnicas a menor costo y más seguras –afirma–. Tenemos en cuenta los efectos físicos y emocionales de los medicamentos que se dan para estimular la ovulación y buscamos transferir un solo embrión para que no haya riesgos de embarazos múltiples».

En síntesis, la tendencia mundial es usar la tecnología actual, a la vez que se regresa a lo natural o seminatural . «Esto quiere decir, menos medicamentos para lograr menos óvulos, pero de mejor calidad, lo cual nos va a permitir tener mejores condiciones del endometrio (capa interna del útero)», enfatiza Lucena.

Una de esas nuevas técnicas es el Invo, que consiste en una pequeña cápsula en la que se incuban óvulos y espermatozoides para el desarrollo del embrión, pero no se hace uso de incubadoras artificiales , pues se implanta en la vagina para que cumpla esta función (lo que la hace más natural), son observados durante tres días, luego se selecciona el embrión y se transfiere al útero.

Otro de los grandes avances es la crioconservación de óvulos, que permite congelar los óvulos y guardarlos para usarlos en el futuro, lo que puede resultar atractivo para madres que quieran aplazar un poco su embarazo.

En cuanto a los varones, se han diseñado dos técnicas. La primera recibe el nombre de Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides Morfológicamente Seleccionados (Imsi): «Con un microscopio de gran aumento podemos ver todas las anormalidades que tienen los espermatozoides para así seleccionar el mejor, de acuerdo con su morfología», explica Lucena.

La segunda se denomina Picsi: «Hay unos sémenes –asegura Lucena– que fallan en su movilidad. En esta técnica usamos ácido hialurónico para ver cuál tiene mejor movilidad y así poder inyectarlo al óvulo».

El especialista concluye que en esta «nueva era» los médicos deben «ver al embrión como un paciente; hay que darle un manejo personalizado. Igualmente, cada pareja merece un tratamiento individual para poder ofrecerle la mejor opción, tener mayores tasas de éxito y, por lo tanto, bebés más sanos en casa».

SERGIO CAMACHO IANNINI