Gracias a las redes sociales y las múltiples influencers que han probado este nuevo método y compartido su experiencia, la copa menstrual ha tomado popularidad entre las mujeres en búsqueda de acabar con la incómoda relación que mantienen con las toallas y tampones, en los últimos años. Y aunque su popularidad sea apenas notoria últimamente, lo cierto es que lleva muchos años en el mercado.
Las copas menstruales estuvieron vigentes desde 1867, sin embargo, existen mas registros de esta a partir de los ejemplos lanzados en 1930 por la patente L. J. Goddard, las cuales eran producidas industrialmente. La próxima seria patentada por Leona Chalmers en USA, con el nombre Tas-ette, la cual estaría fabricada en caucho vulcanizado. Hubo más patentes durante los próximos años, pero solo tuvieron éxito en los 30.
Reaparecieron en los 50, luego de la segunda guerra mundial, sin embargo, fueron de nuevo interrumpidas por la escasez del material con el cual la fabricaban: látex. Es a partir del año 1987 cuando su producción es fluida, el material de fabricación continúa siendo el látex, y ahora es reconocido por médicos, quienes le dan buenas criticas por su seguridad y capacidad de reducir la incidencia de infecciones genitales asociadas con los absorbentes sanitarios y tampones
En los últimos años, aunque siguen existiendo las copas de látex, se han comenzado a fabricar en diferentes materiales, es más común en estos tiempos que sean de silicona médica, ya que algunas mujeres son alérgicas al látex. La silicona medica es una opción perfecta ya que es hipoalergénica, no es porosa ni contiene toxinas. Además de que es un material especialmente diseñado para permanecer en el cuerpo humano durante un largo periodo de tiempo de manera segura.
Con el cambio y mejoramiento de su fabricación, podemos encontrar no solo diferentes materiales sino formas, colores y tamaños.
Indiferentemente del material, son cómodas y suaves, pero sobre todo seguras. Son la mejor opción que pueden tener las mujeres que practican ejercicio o tienen largos periodos de tiempo en los que no pueden acceder a baños de manera tan seguida. La copa puede permanecer hasta 12 horas sin ser vaciada, aunque se aconseja que, si es posible, no dure mas de 6 horas con ella seguidas.
La copa puede tener una duración de 10 años si se le da los cuidados necesarios, como higienizarla al comienzo y final de cada menstruación, esto se hace hirviendo la misma por al menos 3 minutos. Esto, no es solo un beneficio económico a largo plazo, ya que, con la compra de una copa, se evitan tantos dólares gastados por cada mes (sin contar a las mujeres irregulares, a quienes pueden venirles por mas tiempo y necesitan mas “provisiones”); sino además ecológico, al no generar tanta basura en comparación con los residuos que solo una mujer puede generar con el uso de tampones y/o toallas sanitarias.
Sin embargo, la copa menstrual al igual que los tampones es difícil de comenzar a usar. Aunque con el tiempo esta situación mejora, una vez la mujer encuentra el doblez y la posición que más le conviene al momento de usarla.
Ahora que conocer un poco mas de ella, ¿la usarías?