La mejor receta para estar en forma hasta ahora no se ha develado. Sin embargo, una nueva investigación de científicos de la prestigiosa Universidad de Harvard da explicaciones lógicas sobre la utilidad y lo que realmente resulta ideal de los planes alimenticios de moda. El primer interrogante que se plantea gira alrededor de las grasas, entendiendo que la mayor parte de las dietas se posiciona inevitablemente en uno de los dos bandos: los que las admiten y los detractores de las mismas. O hay que eliminarlas por completo o no se deben erradicar de ninguna manera.
El estudio elaborado por los profesionales analizó 53 ensayos clínicos realizados hasta la fecha, observando que las dietas bajas en grasas ayudan a adelgazar, aunque la pérdida de peso no se sostiene durante mucho tiempo. Para ser más específico, el análisis arrojó que aquellos que incluyeron pocas grasas a sus planes alimenticios dejaron de ver resultados positivos después de los 12 meses.
«Los hallazgos no resultaron espectaculares para el equipo de investigadores», explicó Deidre Tobias, epidemióloga de la Escuela de Medicina de Harvard y autora principal del estudio. «Durante décadas, la mayoría de la gente ha seguido las dietas bajas en grasas y todavía nos encontramos ante esto una epidemia global de obesidad. Sabíamos que algo no estaba bien en el mensaje que se promovía entre los consumidores», explicó Tobias. Así, para sorpresa de muchos, la «grasa cero» parece no ser la solución.