El efecto de ojos rojos es un molesto fenómeno que se observa en algunas fotografías tomadas con flash. Pero, ¿qué ocurre cuando uno de ellos aparece blanco? En ese caso puede que se esté desarrollando un retinoblastoma, un tumor canceroso que se desarrolla en la retina y que afecta, sobre todo, a niños pequeños. El diagnóstico precoz resulta fundamental y, aunque siempre haya que consultar a un médico, una simple imagen en el móvil puede marcar la diferencia.
Es lo que le sucedió a Avery Fitzgerald, de dos años, que ha podido salvar la vida gracias a la foto que tomó su madre. “Tenía el presentimiento de que algo iba mal con su ojo”, asegura la progenitora a ABC News. Efectivamente, el diagnóstico posterior concluyó que el tumor cubría el 75% del ojo del pequeño. Los médicos tuvieron que extraer el órgano por completo, pero al menos se impidió que el cáncer se extendiera a la sangre y el cerebro y resultara mortal.
La comprobación mediante el flash de la cámara que hoy todos llevamos encima gracias a los smartphones no sustituye al diagnóstico médico, pero puede salvar vidas.
“Se trata de una emergencia médica”, explica el doctor Richard Besser, que recomienda consultar con un profesional tan pronto como se detecte el efecto de ojos blancos en las fotos: “Podría ser retinoblastoma y si se pierde ese signo suele resultar fatal”.
Por este motivo, algunas asociaciones como Childhood Eye Cancer Trust han lanzado campañas para concienciar a los padres de que la cámara que llevan en el bolsillo puede ser determinante para un diagnóstico precoz.
En Londres, las paradas de autobuses, guarderías y centros de salud se llenaron de pósteres hace unos meses bajo el lema “la siguiente foto que hagas podría salvar su vista”.