Muchos mitos rodean al cáncer

Mitos y falsas creencias rodean al cáncer y entorpecen su correcto tratamiento. Han existido siempre, pero ahora su efecto se agrava debido a su difusión incorrecta a través de las redes sociales, que carecen de filtro para lo que es falso.

La Sociedad Anticancerosa de Venezuela, a través de su vocera, la bióloga Carina Nava, alerta sobre estos mitos que entorpecen la toma de decisiones correctas por parte de los pacientes o les fomentan preocupaciones innecesarias. Nava exhorta a la población a no compartir información de Internet que carezca de base científica y contrastar información a través de documentos y páginas como la de OMS y la Unión Internacional Contra el Cáncer.

Al respecto, se refirió a dos mitos arraigados en la sociedad, la creencia de que sólo los genes causan el cáncer y que las hormonas son inofensivas.

Sobre los genes, estudios de la Organización Mundial de la Salud han demostrado que sólo 20% de los casos de cáncer en el mundo son hereditarios. «El resto corresponde a factores de riesgo relacionados con el estilo de vida como dieta, actividad física, sedentarismo, fumar y consumir alcohol. Estos casos se pueden prevenir», resaltó la bióloga.

En este punto, la alimentación juega un papel fundamental pues la obesidad se ha relacionado con hasta 40% en riesgo de presentar la enfermedad, debido a la enorme liberación de estrógenos de los tejidos grasos. «Tener una dieta balanceada con frutas y vegetales y actividad física regular, contribuyen a reducir riesgo», agregó.

Sobre las hormonas, advierte que el peligro es el exceso. Por ejemplo, el estrógeno y la progesterona usados en terapias de reemplazo hormonal y en métodos anticonceptivos, suministradas a mujeres por más de cinco años consecutivos, aumentan el riesgo de cáncer de ovarios, endometrio, útero y mamas. «Cualquier terapia hormonal debe ser explícitamente recetada por un médico capacitado, según historia clínica y riesgo-beneficio para el paciente», agregó.

Otra idea falsa es que el cáncer de mama es exclusivo de mujeres. Los hombres también lo padecen y cada vez aumentan más los casos masculinos.