La sociedad contemporánea de los países desarrollados se caracteriza por el acceso a todo tipo de alimentos y nutrientes. Tal es la facilidad que uno de los principales problemas es la obesidad y los efectos en la salud que puede padecer el individuo con sobrepeso. El azúcar ha sido señalado en numerosas ocasiones como el causante de este tipo de patologías, pero hoy en día conocemos tanto su incidencia en la dieta como los beneficios que produce su ingesta.
No hay una relación contrastada entre la obesidad y la ingesta de azúcar; es más, está comprobado que el individuo que lo toma ingiere menor cantidad de grasa que otra persona que ha limitado su consumo, con lo que es evidente el efecto que se produce en la salud; la obesidad depende del consumo energético que se haga por medio de la vida cotidiana y el ejercicio y lógicamente, quien más desgaste menos engordará.
Uno de los males de los que se le acusa es el deterioro de la salud bucodental; está extendida la idea de que los productos dulces o los carbohidratos producen caries, cuando el desarrollo y mantenimiento de una dentición adecuada dependen tanto de la higiene como de la correcta fluoración. Las bacterias procedentes de los carbohidratos generan ácido que ataca el esmalte pero es la saliva la que se encarga de contrarrestar estas bacterias.
Los estudios realizados hasta ahora demuestran que el azúcar no tiene un efecto perjudicial en la calidad de la dieta. En ocasiones, los nutrientes en las personas de avanzada edad se consumen con azúcar para lograr una buena alimentación. La población necesita su consumo para potenciar tanto la memoria como el desarrollo de la mente.
En países tercermundistas, juega un importante papel en la rehidratación de los cuerpos; en pacientes que sufren Diabetes tipo 2 las recomendaciones dietéticas son similares a las del resto de la población en cuanto a una dieta sana que incluya limitación de grasas y carbohidratos, sin que el azúcar afecte especialmente a la insulina e incluso su consumo es beneficioso para contrarrestar los efectos de las enfermedades cardiovasculares.