¿Qué, cuándo y por qué? Siete datos sobre el deporte en el embarazo

Muchas veces, las embarazadas se sienten tan pesadas con su enorme panza que no creen poder moverse bien. Sin embargo, hacer deporte durante el embarazo ayuda a mantenerse sana y en forma, aunque no se puede hacer cualquier cosa.

¿Qué deportes se pueden practicar? ¿Qué es sano, qué lo es menos? Aquí, siete datos sobre el movimiento en el embarazo:

1. No todos los deportes son aptos

Hay mujeres que aseguran que los primeros meses de embarazo pudieron entrenar con total normalidad. Sin embargo, desde el principio del embarazo hay que evitar actividades con rebote de alto impacto como saltar o deportes que involucren combate o un empleo importante de fuerza.

2. Los deportes acuáticos reducen la acumulación de líquidos

Nadar, aqua-fitness, aqua-jogging o aqua-spinning: los deportes que se practican en el agua son perfectos para combatir edemas. La presión del agua hace milagros. Sólo deben tener cuidado las mujeres que suelen sufrir de infecciones vaginales o cistitis.

3. Lo ideal son los entrenamientos aeróbicos y tonificadores suaves

El pilates y el yoga ayudan a mover el cuerpo y tonificar. El nordic walking también es perfecto porque entrena toda la musculatura sin exigir a la cadera. Los movimientos cíclicos y uniformes como andar en bicicleta también son buenos, pero hay que elegir bien por dónde se va a andar para evitar caídas.

4. Ejercitar los pies ayuda con el dolor de espalda

Dado que las embarazadas aumentan mucho de peso, sufren cambios hormonales y retención de líquidos, el arco del pie tiende a descender, por lo que los pies parecen más grandes tras el embarazo, un fenómeno que muchas madres observan con asombro. Como consecuencia, aparecen los dolores de espalda. Ejercitar los pies con movimientos para fortalecerlos y los masajes ayudan a mantener sana la musculatura del pie, lo que alivia los dolores de espalda.

5. Escalar, bucear, abdominales: cuidado con estos ejercicios

Si bien muchas mujeres pueden seguir practicando su disciplina favorita durante el embarazo, hay cosas que no deberían hacer, como bucear en aguas profundas, caminar a más de 2.500 metros de altura, escalar o andar en esquíes. Los abdominales son menos peligrosos, pero tampoco son ideales para las embarazadas.

6. Hacer deporte durante el embarazo ayuda al parto

Mantenerse en movimiento ayuda a reducir los riesgos y complicaciones. Las mujeres que hacen ejercicio suelen aumentar menos de peso, por lo que es menos probable que desarrollen una diabetes del embarazo o preeclampsia. Sin embargo, las mujeres que sufren de presión muy alta deben hablar sí o sí con su médico. Además, estar entrenada ayuda en el parto, ya que una respiración atlética y consciente funciona de apoyo en ese momento clave.

7. Después del parto el cuerpo necesita tiempo

Inmediatamente después del parto se puede activar la musculatura de la cadera con ayuda de la partera. Entre dos y tres meses después del parto, las mujeres pueden empezar con ejercicios suaves. Sin embargo, para poder reintegrarse por completo al deporte, hay que esperar nueve meses.