Estampas /
Muchas personas permanecen aferradas al pasado. Se la pasan reviviendo detalles de lo que les sucedió, lamentándose por lo ocurrido, recordando qué les hicieron, añorando sus posesiones, o dándole vueltas en su cabeza a lo que pudieron hacer para evitar que los hechos ocurrieran de esa manera, sin darse cuenta que no tienen manera de cambiarlo. Negarnos a aceptar lo ocurrido solo hará que profundicemos nuestro malestar y que nos resulte más difícil superarlo para seguir adelante. Vivir en el pasado nos convierte en su víctima eterna, impidiéndonos reconocer y disfrutar todo lo bueno que forma parte de nuestra vida en este momento; nos lleva a buscar culpables o a sentirnos culpables, a sentir resentimiento y hasta deseos de venganza; además, nos roba la posibilidad de actuar de manera diferente y asertiva, de reconocer nuestros errores y asumir el compromiso de corregirlos, para aprender de cada experiencia y evitar repetirla en el futuro. Acepta lo sucedido y toma la decisión de soltarte de su recuerdo. Pasa la página. Deja ya de darle vueltas en tu cabeza a lo que pudiste hacer para evitarlo. ¡Déjalo ir! Así ganarás la madurez, experiencia, conocimiento y sabiduría que te llevarán a superarlo y a vivir de una mejor manera. No desperdicies tu energía Algunas de las emociones que experimentamos con frecuencia cuando nos quedamos atrapados en el pasado son: tristeza, ira, frustración, impotencia, temor, apatía, nostalgia, sensación de fracaso y resentimiento. Permanecer mucho tiempo «acompañado» de cualquiera de ellas, será suficiente para anular tu capacidad de éxito, bienestar y realización personal. La mayoría de estos pensamientos que inviertes en mantener vivo algún recuerdo negativo del pasado, te roban parte de la energía que necesitas para enfocar tus esfuerzos diarios hacia el éxito y la realización. Vamos, acepta, suéltalo y vuelve a comenzar. Debes abandonar cualquier esperanza por un pasado mejor; lo que pasó, pasó y no hay manera de cambiarlo. Acepta y disponte a invertir toda tu atención, esfuerzo y energía en construir una nueva vida, positiva y diferente para ti y para los tuyos, en el único momento que puedes hacerlo: hoy. Los remordimientos del ayer y los temores del mañana, son los mayores ladrones de nuestra energía, bienestar, serenidad, felicidad y tiempo. Afortunadamente no necesitas tener un pasado mejor para tener un futuro maravilloso. Siempre es posible comenzar de nuevo.