¿Qué pasa cuando estiras 10 minutos al día durante un mes?

Como la mayor parte de los hombres, odiaba estirar. ¿Para qué perder el tiempo cuando puedes dedicarlo a levantar peso?

Estaba equivocado. Muy equivocado, en realidad. Después de sufrir una lesión (precisamente por no haber estirado correctamente) me puse en contacto Doug Kechijian, un experto en estiramientos que me reveló que cada persona tiene desequilibrios y restricciones de movilidad. Por ejemplo, pasamos demasiado tiempo sentados demasiado, sin variar de postura durante horas.

¿Su receta? Diez minutos al día de movilidad. Y la verdad es que parecía más bien kung-fu que calistenia. Por ejemplo, el estiramiento de la paloma modificado.

«La mayoría de las personas se colocan con las caderas desplazadas hacia la derecha, lo que provoca que su cadera izquierda se endurezca», dice Kechijian.

Otros movimientos parecían destinados para expertos en yoga. Siempre tuve que realizar una serie de respiraciones extremadamente profundas con cada movimiento, de manera que el cuerpo iba liberando tensión muscular.

Me sentí bien desde el primer día, así que continué haciéndolo. Lo convertí en mi calentamiento habitual. Y no sólo en los días que iba al gimnasio. También lo hice en mi trabajo o en casa, viendo la tele, haciendo caso omiso de las miradas raras de mis compañeros y novia.

Mereció muy mucho la pena. En cosa de un mes no sentía nada de dolor. De hecho, comencé a hacer posiciones inéditas hasta entonces, algo que jamás habría imaginado, como sentadillas profundas.

Ganar en flexibilidad me permitió mejorar mi forma física, construir músculo y mejorar mis tiempos tanto en el gimnasio como fuera, cuando salía a correr.

¿Quieres probar? Pues es muy fácil. Sólo tienes que probar los cuatro movimientos de estiramiento que te mostramos a continuación. Sólo necesitas 10 minutos. Y no es extremadamente complicado.

Así es como tienes que hacerlo. Realiza cada ejercicio todos los días, respetando siempre los tiempos y números de repeticiones indicados. Hazlo antes de entrenar cuando vayas al gimnasio, y de forma intermitente cuando trabajas o disfrutas de tu día de descanso.

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