Contaminación acústica

La Razon /

Como bien se sabe, uno de los principales problemas de El Alto es la excesiva congestión vehicular, y no precisamente por la falta de espacio, como ocurre en la sede de gobierno, sino sobre todo por la ausencia de cultura ciudadana entre los conductores. Desde hace un tiempo, el gobierno municipal de esa urbe se ha propuesto luchar contra esta problemática, y recientemente ha decidido incluir en esta cruzada a la contaminación acústica, generada principalmente por los bocinazos. Para tal efecto, educadores viales disfrazados de «cebras» y «burritos» junto a funcionarios ediles saldrán a las calles a fin de inculcar entre los conductores la importancia de utilizar la bocina únicamente para evitar accidentes y no como un medio de pelea con otros choferes o contra los agentes de tránsito.

Además, prevén realizar campañas educativas sobre los nocivos efectos de la contaminación acústica en la salud y el bienestar de las personas. Se trata sin duda de una encomiable iniciativa que debería ser reforzada con la aprobación de normas y controles en todos los municipios del país que sancionen a los automóviles, motocicletas y/o cuadratracks cuyos escapes se encuentra en mal estado, carecen de silenciadores o, peor aún, han sido modificados -contra toda lógica- precisamente para emitir sonidos estridentes y elevados.