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La degradación de los océanos se ha incrementado drásticamente en los últimos años debido al impacto acumulado de actividades humanas como la contaminación, la pesca excesiva y las emisiones de gases nocivos, advirtió hoy la ONU.
«El futuro de nuestros océanos se ve amenazado por el cambio climático, la acidificación, la contaminación, las prácticas pesqueras insostenibles y destructivas, y la falta de capacidad para hacer frente a estas amenazas», aseguró el secretario general, António Guterres, en un comunicado en el Día Mundial de los Océanos.
En el marco de la Conferencia de los Océanos, Guterres recordó que el uso sostenible de los fondos marinos es «crítico» para alcanzar objetivos ecológicos y económicos, en un momento en el que la capacidad de los océanos de absorber el impacto de las actividades humanas «está muy cerca o ha llegado a su límite».
«Los océanos regulan el clima, generan oxígeno y nos brindan los ecosistemas, la energía y los minerales. La vida que emana de su superficie y a lo largo de las costas es una fuente de alimentos y medicinas», destacó el máximo responsable de la ONU.
Tras una ceremonia de apertura ofrecida por trompetistas y bailarines fiyianos, la sala de la Asamblea General de Naciones Unidas acogió hoy un evento de tres horas con discursos de mandatarios, científicos y miembros de ONGs que buscan concienciar sobre la responsabilidad en el cuidado del medioambiente marino.
El presidente de la Asamblea, Peter Thomson, enfatizó la «necesidad apremiante» de preservar los recursos oceánicos y de corregir «los males» que el ser humano ha provocado, a través de la implementación de medidas de lucha contra la contaminación marina y las subvenciones pesqueras perjudiciales.
«El océano no es cosa de ciertas personas o países; es una herencia común de la humanidad que hay que conservar y manejar de forma sostenible para la posteridad», añadió.
Por su parte, el conservacionista de National Geographic Brian Skerry, que asegura haber viajado a los «rincones más remotos e inhabitados del planeta», recalcó que la población de peces grandes se ha reducido en más de un 90 % debido a la sobreexplotación pesquera con fines comerciales.
«He caminado entre restos de plástico en lo que antes eran playas limpias y cristalinas (…) Los problemas del océano nunca habían sido tan evidentes, son una sentencia de muerte para la fauna marina», aseveró.
En la misma línea, el director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), Erik Solheim, afirmó que la contaminación por residuos de plástico es un «serio problema» que afecta al turismo, los alimentos y a los ecosistemas marinos.
Solheim explicó que estos deshechos no sólo ponen en peligro las vidas de los animales, también tienen efectos en la salud humana, ya que los peces ingieren estos fragmentos de plástico.
Cuatro días después del inicio de la conferencia, que persigue la consecución del objetivo 14 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, se han realizado más de 1.000 compromisos voluntarios por parte de países, empresas y grupos civiles.
Destaca especialmente la iniciativa del empresario británico Richard Branson, fundador del Grupo Virgin, que presentó hoy ante la Asamblea General una petición apoyada por más de un millón de personas en la que pide a los gobiernos que cumplan con el objetivo de proteger al menos el 30 % de la superficie oceánica para 2030.
«Los océanos cubren dos terceras partes de la tierra, pero menos del 3 % de la superficie oceánica está bajo protección (…) Sus ecosistemas nos dan oxigeno y nosotros les damos plástico y carbono», aseguró Branson durante su intervención en el foro.
Por otro lado, los Gobiernos de Nueva Zelanda, Australia y Singapur son los que más contribuciones han realizado hasta el momento, al registrar más de una decena cada uno.