La Verdad /
«No fue un momento puntual en mi vida, siempre fui así. El activismo comenzó en el 2007, luego de que diagnosticaron a mi padre con insuficiencia renal crónica a causa de ser VIH positivo. A él se le negó el derecho a ser operado y los médicos querían usar un kit de seguridad, que se utiliza para intervenir a pacientes en esas condiciones. Sufrir aquellas discriminaciones, me transformó. Soy Luis Meneses y tengo 27 años, pertenezco a la comunidad de lesbianas, gais , bisexuales y transexuales y todo lo que viví me motivó a luchar por los segregados.
Mientras estudiaba creé un movimiento universitario para ese fin y luego de que asesinaran a Violeta, mi amiga transexual, la opinión pública me conoció tras mis declaraciones en los medios. Por mi cabeza pasó mi trabajo y familia, ellos sospechaban lo que soy, pero no tenían la certeza. De allí en adelante repudiaron que defendiera a los ‘maricos’. Me botaron de mi trabajo y muchas puertas se cerraron. Decidí formarme y adquirir conocimientos gracias a la lectura para entender lo que necesita la comunidad sexodiversa.
Cuando mami lo supo me levantó a golpes, pedían que emprendiera otra lucha. Me tuve que ir de la casa y duramos cuatro años sin hablarnos. El apoyo familiar es casi nulo, pero me motiva que tantas personas desatendidas sientan que pueden contar con alguien; eso es lo que me llena y me da satisfacción. Mis problemas radican en eso, con ellos río y lloro».
Avances a medias
Las condiciones en materia de inclusión mejoraron en los últimos años, según la Fundación Venezolana de Apoyo a la Diversidad Sexual (Fuvadis), quienes aseguran que lo más difícil es lograr la atención e inclusión. En algunos casos, las personas sufren doble discriminación; tanto étnicas como sexuales.
Desde el 2004, cada 17 de Mayo se conmemora el Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia, luego de que en 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminara la homosexualidad de las listas de enfermedades mentales. La idea es sensibilizar y luchar contra la discriminación por orientación sexual o identidad de género.
Lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales «celebran algunos» avances «civiles». Dicen que aún «falta camino por andar». La homofobia, biofobia y transfobia son un miedo irracional u odio hacia las personas que pertenecen a estos grupos. La comunidad LGBTI, también enfrenta la oposición de otros grupos sociales.
El estigma, discriminación y hostigamiento que sufren, atenta contra su derecho a la educación, el trabajo y una vida normal. Ocasiona daños físicos y psicológicos que dejan huellas permanentes.
Un paso atrás
La red LGBTI de Venezuela detalló en su informe anual que el Estado venezolano no llevó a cabo acciones concretas para lograr la inclusión legal y social de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales. El país no logra materializar una ley amplia y general que establezca un marco institucional y administrativo según la red y las prácticas de discriminación y tratos desiguales son constantes y generalizados, en medio de un contexto donde no existen políticas, planes, programas y servicios públicos destinados a satisfacer sus necesidades.
En la nación, quienes integran estos grupos no pueden cambiar su nombre y sexo en los documentos de identidad legal y de acuerdo a la Asociación Acción Ciudadana contra el Sida (ACCSI), entre 2009 y 2016, se registraron 175 crímenes de odio de los cuales 75 fueron asesinatos y 100 fueron agresiones.
Venezuela es el tercer país con mayor número de asesinatos de personas transgénero en Suramérica y el último en cuanto a derechos en el área.
Limbo jurídico
En el Zulia se intentó impulsar una ley regional contra la discriminación en el 2016, sin embargo, pasó un año desde que se entregó el anteproyecto y permanece «engavetado» en el Consejo Legislativo del estado Zulia, mientras que en la Asamblea Nacional, reposan sin mayores detalles los anteproyectos de Ley de Identidad de Género y otra contra la discriminación y crímenes de odio.
Bolívar es el único estado del país que tiene un decreto de no discriminación por razón de orientación sexual e identidad de género.
«No tenemos garantizados nuestros derechos y no solo es el matrimonio. Somos como cualquiera, solo que con una orientación sexual diferente. Nos dicen ‘maricos’ y cuando nos agreden no se investiga. Vemos el mundo de una manera particular y tratamos de darle una sonrisa a la vida, así se nos caiga el mundo. Lo único que pedimos es no más», puntualizó Meneses.
Con motivo del Día Internacional de la Lucha contra la Homolesbotransfobia, la Alianza Diversa del Zulia, junto a otras organizaciones realizarán un pronunciamiento público hoy a las 9.00 de la mañana frente a la Defensoría del Pueblo.
Otro punto de vista
Roberto Lückert, arzobispo emérito de Coro, explicó que dentro de la Iglesia buscan comprender y atender a las personas que tienen este «desorden» y no los excluyen, pero tampoco los aplauden. «Los apoyamos como cristianos y no se pueden satanizar. El papa Francisco en una de sus alocuciones, reiteró que Jesús no abandonaría a un homosexual o un transexual. Cuando una persona con esta condición llega delante de Jesús, nunca le dirá: vete porque eres homosexual».