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«No es ni la mujer ni el hombre», sentenció Mariel Fornoni, directora de Management & Fit, cuando le consultaron sobre los roles complementarios entre ambos géneros. «Hay algunos atributos que son más valorables en los hombres, y no en todos los hombres, y hay atributos que son más valorables en las mujeres, y no en todas las mujeres», continuó.
Alicia Caballero, decana de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Católica Argentina (UCA), había dicho minutos antes que la madre tiene roles que son «indelegables», aunque reconoció que hay que encontrar la manera de que tener hijos no signifique un estancamiento o un retroceso en la carrera laboral de las mujeres. «A ninguna chica le diría que no tuviera hijos para escalar en su profesión», agregó.
«Entiendo que hay cuestiones indelegables -continuó Fornoni-, pero uno se pone a pensar cómo eran los hogares de nuestros abuelos y evidentemente el rol del hombre ha cambiado, están más involucrados con las tareas del hogar». Opinó que «falta hablar» de leyes de maternidad y licencias «para equiparar más en todos lados».
Una pregunta para las mujeres de la mesa llegó desde el público. «¿Qué creen que tienen de distinto para haber llegado al lugar en el que están?» La primera en responder fue Fornoni: «Quizá si no fuera mujer, hoy no estaría acá. En la política, en general, siempre fueron todos hombres de traje y corbata. De repente apareció una mujer, que parecía que iba a decorar una mesa, pero me volvían a llamar», dijo.
Julia Pomares, directora ejecutiva de Cippec, hizo referencia a los estudios que hicieron ella y sus dos congéneres: las tres tienen entre sus títulos un doctorado. «Está probado que las mujeres en lugares de liderazgo en general tienden a estudiar más que los hombres, porque para llegar es como si requirieran un examen más», reflexionó.
Caballero rememoró su historia personal: «Yo tuve padres que me animaron. Cuando comencé mi carrera, no había leído sobre el techo de cristal. Quizá todavía no se hablaba de eso. De todas maneras es un techo de cristal, no de acero, con lo cual… a romperlo», sostuvo. Coincidió con Pomares en que también se debe a sus estudios y a su esfuerzo, pero también reconoció el rol de su marido: «Me casé con un hombre que acepta a una mujer como yo, que es un componente muy importante de la ecuación», expresó.
Más tarde llegó una pregunta que atajaron los ejecutivos: «¿Qué creen que aporta su empresa además de fuentes de trabajo?» Gastón Remy, CEO de Dow Argentina, fue el que comenzó: «Nuestro rol tiene que trascender el rol chiquito que puede tener. Me podrían haber preguntado cómo empezamos a pensar hace cinco años en Vaca Muerta o cómo vislumbramos el desarrollo de las energías renovables. En una compañía como la nuestra hay una visión de ser catalizadores de cambios constructivos y una visión colectiva de la sociedad», explicó, y dijo que también ve aquella intención en una serie de instituciones que participan del Coloquio de IDEA, que este año presidirá.
Marcelo Zimet, director general de L’Oréal Argentina, afirmó que la empresa que lidera aporta «autoestima» a la sociedad. «El objetivo del grupo a nivel global es «belleza para todos»; se trata de permitir que todos tengan acceso a productos de cosmética que logren que las personas se sientan mejor y puedan salir para adelante con mucha más fuerza», aseguró. Por último, y como objetivo personal dentro de la compañía, afirmó que desea desarrollar la innovación en el talento local.
Los datos de una situación dispar Varios números dan cuenta de las brechas entre hombres y mujeres en el mundo laboral
60%
Directorios sin mujeres
Es el porcentaje de empresas que no tienen presencia femenina entre sus directores, según un informe del Instituto Peterson entre 22.000 firmas de 91 países
15%
Mejores resultados
Es el mayor margen de ingresos netos que tienen las compañías en las cuales hay al menos un 30% de mujeres en los puestos ejecutivos
$ 100
Ingreso inferior
Es el monto que recibe una mujer por sus tareas laborales, por cada $ 140 que percibe un varón (sin considerar el valor de las tareas no remuneradas)
Tareas en casa
Según datos de Economía Feminista, las mujeres dedican, en promedio, 6,4 horas semanales a realizar trabajo doméstico; los hombres, sólo 3,4 horas
Sin hijos o con hijos
Entre las personas que no tienen hijos, trabaja el 68% de los hombres y el 54% de las mujeres; cuando hay un menor a cargo, los porcentajes son del 70 y del 46% respectivamente. Cuando hay más de un hijo, la tasa de participación femenina se reduce aún más y llega al 39%.