El Mercurio /
Derribando mitos de los productos light: ni tan sanos ni más caros.
Que un alimento sea bajo o libre de calorías no significa necesariamente que sea 100% saludable. A veces aportan altas cantidades de otros nutrientes que juegan en contra. Algunos, por ejemplo, pueden ser bajos en grasas, pero muy altos en sodio; otros, bajos en azúcar, pero no en grasas. Eso sí, a diferencia de lo que se cree, no son tanto más caros que su versión tradicional.
Cristian González, Vida, Ciencia y Tecnología Maximiliano Vega, Unidad de Investigación
El 99% de los hogares chilenos compró al menos un producto light durante 2016, según un informe de la consultora Nielsen, un mercado que ha ido expandiéndose con los años, sobre todo en quienes buscan bajar de peso o tener una alimentación más saludable.
Pese al aumento, los productos light solo ocupan el 4,67% del valor total de las ventas que se hicieron en el mercado local el año pasado, según el mismo análisis. Un reflejo, quizás, de la percepción de que estos alimentos son más caros que los tradicionales.
Sin embargo, se trata solo de eso, una percepción, según reconocen expertos en nutrición. «Aunque los productos light son más caros, los precios se han ido igualando», comenta la doctora Eliana Reyes, nutrióloga de la U. de los Andes y directora de la Asociación Chilena de Nutrición Clínica.
De hecho, al comparar dos menús diarios para reducir las calorías -uno con alimentos tradicionales y otro similar, pero con su versión light -, la diferencia en el total del precio es de apenas 10,23% (ver infografía).
Aclarado el mito de su alto precio, existen otros aspectos que es necesario tener en cuenta al evaluar su consumo.
Que un alimento sea light significa que es bajo o está libre de un determinado nutriente, como calorías o azúcar, por ejemplo, pero no necesariamente contiene una cantidad recomendable de otros, como sodio o grasas. Por eso, expertos en nutrición enfatizan que es importante considerar cuál es el propósito que lleva a consumirlos.
Por ejemplo, si lo que se busca es bajar de peso, «lo más importante es saber cuántas calorías se necesitan al día, y eso depende de la cantidad de ejercicio que se realiza, del estilo de vida, la edad. La palabra light tiende a entenderse como que sirve para bajar de peso, y no siempre es así», precisa la nutricionista Sonia Olivares, investigadora del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (Inta), de la U. de Chile.
Endulzantes calóricos
Algunos productos light, como jugos y néctares, han incorporado fructosa, que, en la práctica, también aporta calorías, y se ha visto que eleva los índices de triglicéridos (grasa en la sangre).
Una paradoja similar se da en algunos postres envasados light, comenta la doctora Reyes. «Utilizan leche con menos grasa, pero son altos en azúcar».
Asimismo -explica Olivares-, algunas empresas han sacado postres sin sello, reemplazando el azúcar por endulzantes, lo que no significa necesariamente que tienen menos calorías: son tan refinados, que en forma natural ya son altos en calorías.
«La gente debe entender que el concepto light es una denominación comercial más que nutricional -opina Juan Tejo, nutricionista y académico de la Escuela de Ciencias de la Actividad Física, Deporte y Salud (Eciades) de la U. de Santiago-. El hecho de que sea bajo o libre de un nutriente no significa necesariamente que sea más saludable».
Algunos son solo bajo en grasas, pero muy altos en sodio; otros son bajos en azúcar, pero no en grasas.
«El concepto light no es global: no implica que sea reducido en todo y, por tanto, bueno en todo; por ahí viene el problema», agrega Olivares.
Tejo también advierte que aunque un alimento sea bajo en calorías, «si es pobre en nutrientes, como vitaminas o minerales, no aporta».
Además, «si para lograr tener buen sabor, ese alimento usa preservantes y colorantes, por un lado es bajo en calorías, pero por otro puede ser más tóxico que un alimento normal».
Por eso, los especialistas precisan que es importante aprender a mirar y leer el etiquetado de los alimentos. Y compararlo con productos tradicionales (no light ).
En el caso de las calorías, «para que valga la pena, el producto light debe reducir en al menos un 50% el aporte calórico que el producto tradicional», dice Olivares.
Si además la persona tiene problemas de hipertensión, el producto tiene que ser bajo en sodio. «Para quien tiene el colesterol muy elevado, que sea efectivamente un alimento bajo en grasa», agrega Tejo.
Reemplazar de plano toda la dieta con productos light tampoco es recomendable. «Se puede hacer una alimentación saludable sin estos productos», comenta la doctora Reyes.
Si se quiere bajar de peso, eso sí, hay que reducir porciones y eliminar algunos compuestos de la dieta, como el azúcar, o escoger alimentos que de forma natural son bajos en calorías, como las verduras, o grasas, como las legumbres.
«Lo importante es que la gente escoja según sus preferencias; tratar de comparar los alimentos, buscando el nutriente que se necesita restringir», puntualiza Tejo.