El Observador / Lic. en Nutrición Lucía Alba
En la última década el aspartamo ha dado mucho que hablar en todo el mundo. Probablemente es por eso que se trata de uno de los aditivos alimentarios que más severamente se han estudiado, existiendo más de 200 estudios que comprueban su seguridad.
Ha sido utilizado por cientos de millones de consumidores en todo el mundo durante más de 30 años y su uso está actualmente aprobado en más de 100 países. Se utiliza en más de 6000 productos entre alimentos y bebidas (refrescos, jugos, yogures, golosinas, edulcorantes de mesa, etc.).
Se trata de un edulcorante de naturaleza proteica, ya que está compuesto por dos aminoácidos que son el ácido aspártico y la fenilalanina, los cuales también podemos encontrar en alimentos proteicos como huevos, carnes, lácteos, etc. Aporta 4 kcal/g, lo mismo que cualquier proteína o hidrato de carbono, pero dado que es entre 150 y 200 veces más dulce que la sacarosa (y por lo tanto su uso en alimentos es mínimo), sus calorías resultan despreciables y es considerado un edulcorante no calórico.
Para cada edulcorante no calórico utilizado en alimentos y bebidas, los comités de científicos expertos a nivel mundial establecen un nivel de ingesta seguro. Este se conoce como Ingesta Diaria Admisible (IDA) y se define como la cantidad de un aditivo alimentario que una persona puede consumir diariamente, durante toda su vida, sin que esto represente un riesgo para su salud. En el caso del Aspartamo, la IDA es de 40 mg/kg de peso corporal. Esto significa que una persona promedio de unos 60 Kg debería beber unos 50 vasos de refresco edulcorado por día para superar esa cantidad, lo cual resulta lógicamente imposible. Además, dado que se requiere una pequeña cantidad de aditivo para que cumpla su función, los riesgos de consumirlo en cantidades excesivas son realmente muy bajos.
La seguridad del aspartamo ha sido reconocida por la FDA y otras organizaciones internacionales incluyendo el comité de expertos de FAO/OMS y la EFSA a nivel de la Unión Europea. La IFIC o Fundación del Consejo Internacional de Información Alimentaria también lo ha reconocido como seguro para la población en general. La única excepción son las personas que padecen el desorden hereditario fenilcetonuria , quienes deben excluir tanto el aspartamo como cualquier otra fuente de felilalanina de su dieta.
Está comprobado que el aspartamo no incrementa el apetito o la ingesta alimentaria y, por lo tanto, puede ser una buena estrategia para las personas que deben controlar su ingesta de carbohidratos o calorías sin sacrificar el sabor de alimentos y bebidas, y siempre que se encuentre en el contexto de una alimentación saludable que incluya la actividad física regular, puede ser una ayuda importante para reducir o mantener el peso corporal.
Una de las condiciones para que un edulcorante sea aprobado es que los estudios demuestren que no existe evidencia de efectos adversos durante el embarazo y el desarrollo. Teniendo en cuenta esto y el hecho de que el aspartamo nunca entra al torrente sanguíneo como tal, sino que se digiere en sus aminoácidos componentes, se puede tener confianza en que las mujeres embarazadas o en lactancia pueden consumir productos que lo contengan sin que esto suponga ningún riesgo de efectos adversos para ella ni el recién nacido.
El aspartamo también puede ser consumido por personas con diabetes ya que no afecta los niveles de glucosa o insulina en sangre y así lo han demostrado consistentemente los estudios al respecto.
Las mujeres, en especial las que padecen diabetes o tienen sobrepeso, necesitan saber que el consumo de edulcorantes con aspartamo durante su embarazo es seguro. Y que siempre será más peligroso una diabetes gestacional o un sobrepeso no controlados durante este período.
En cuanto a su uso en niños mayores a 2 años, su seguridad fue probada sistemáticamente en múltiples estudios. Se han realizado también cientos de investigaciones sobre efectos cancerígenos del aspartamo. Con base a la calidad y cantidad de estos estudios, los expertos y organizaciones en todo el mundo han llegado a la conclusión de que el aspartamo no provoca cáncer.
Por último, de acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos, el consumo de Aspartamo tampoco se relaciona con: alteraciones metabólicas, neurotoxicidad, cefalea, alteraciones del comportamiento ni alteraciones en la capacidad de aprendizaje.
La única limitación para el uso del Aspartamo es su termoestabilidad, ya que este edulcorante no admite temperaturas elevadas. Por esta razón es que no se puede incluir en preparaciones que lleven un proceso de cocción, lo cual es un dato a tener en cuenta a la hora de elegir un endulzante no calórico adecuado para cocinar en casa.
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