Confirmado / Seguramente has escuchado a alguien con sobrepeso decir que odia que la amiga «flaca» de su grupito diga que se va a poner a dieta porque subió mucho de peso en Navidad. En qué momento es socialmente aceptado, criticar a una mujer delgada por comentar que necesita comer más sano para bajar unos kilos de más, ¿por qué?
¿Por qué está bien que la persona que lleva mucho tiempo tomando malas decisiones alimenticias le prohíba a la que siempre se ha cuidado regresar a un peso en el que ella se sienta cómoda? Primero, la percepción de «flaca» de una persona con sobrepeso es muy distinta a la de alguien que ha estado dentro de un rango sano toda su vida. Esto quiere decir que si tú pesas 90 kilos el hecho de que yo quiera pasar de 55 a 53 te va a parecer ridículo, pero para mí que siempre he pesado 53 esos dos kilos que me tragué en Navidad me estorban, y me los quiero quitar.
No te estoy diciendo que quiero bajar los pocos kilos que me sobran por ofenderte, mi peso tiene que ver sólo conmigo. ¿Por qué si alguien con sobrepeso se pasa horas hablando de su dieta está bien, pero si alguien que sólo quiere perder un par de kilos lo menciona es un pecado contra la humanidad?
Si vas con un grupo de amigas a una pizzería y la persona que tiene sobrepeso pide ensalada le aplauden, pero si la «flaca» decide comer algo saludable es una aburrida. ¿En qué les estorba que alguien quiera comer verduras? Aaah pero que la persona con sobrepeso no se atreva a comerse más de tres rebanadas, porque el comentario de las otras será, «pues con razón está gorda».
Las «flacas» también tenemos derecho a cuidar nuestro cuerpo, a tomar mejores decisiones alimenticias y a hablar con las personas que consideramos nuestras amigas de cómo nos sentimos dentro de nuestra propia piel. No es culpa de la «flaca» que alguien más tenga sobrepeso, y a veces esos dos kilos que no nos acomodan nos cuestan mucho trabajo de bajar, y también queremos hablar con el mundo de nuestros problemas y avances.
No te hablo de mi peso por llamar la atención. Yo sé que soy «flaca», sé que no tengo problemas de sobrepeso y no necesito que me lo recuerdes, y sé que soy sana, (no anoréxica, ni cerca de serlo). Si te digo que quiero bajar dos kilos no estoy buscando que me subas la autoestima diciéndome que no lo necesito, estoy buscando tu ayuda para comer en un restaurante con opciones sanas, o tu apoyo para motivarme y salir a correr en las mañanas, de la misma forma que lo harías si tuviera que bajar 40 kilos.
Este cuerpo es mío, y yo decido cómo quiero que se vea, y nadie tiene por qué criticar mi decisión de ser más sana (de la misma forma en la que nadie tiene por qué criticar el cuerpo de alguien que se esfuerza por deshacerse del sobrepeso). Pero en esta sociedad si hago dos horas de ejercicio soy una loca, si me como una hamburguesa «y no engordo» es un milagro de mi genética y no el hecho de que todas las noches ceno jamón con panela.
No NECESITO nada, QUIERO. QUIERO ponerme los jeans que me quedaban antes de Navidad. QUIERO marcar mi abdomen para verme bien en las fotos que me tome este verano en la playa y recordar, cuando tenga 89 años y todo se me cuelgue, que alguna vez en la vida me vi así en un bikini. QUIERO comer ensalada porque se me antoja. QUIERO hacer dos horas de ejercicio porque me gusta y QUIERO bajar dos pinches kilos porque prefiero cómo me veo sin ellos.
Si no me estoy haciendo daño, y no dejo de ser saludable, ¿por qué es problema? Si quieres ser flaca, sé «flaca». Si quieres ser gorda, sé «gorda». Si así te amas, ¿por qué te critican?
Fuente: ActitudFem