Confirmado / La piel de las mujeres asiáticas es casi perfecta y uno de sus secretos reside en la limpieza. Descubre los dos pasos que nunca se saltan y los productos que utilizan.
ando aún hay muchas mujeres a las que les cuesta cumplir con ese paso de la rutina de belleza primordial que es la limpieza, desde Corea (el país que domina la cosmética en los últimos años) nos llega la doble limpieza.
Como asegura Charlotte Cho, la esteticista que está detrás de la tienda online de productos de belleza coreanos Soko Glam, y autora del libro ‘Secretos de belleza coreanos para una piel radiante’, “limpiarse la cara y limpiarse la cara a conciencia son dos cosas muy diferentes. Mojarte la cara con agua y secarte con una toalla no puede considerarse una limpieza facial”.
La limpieza del rostro es el primer paso, y el más importante, para alcanzar esa piel soñada por todas las mujeres: sin imperfecciones, luminosa, pero sin brillos, hidratada y a la larga joven por más tiempo. De nada sirve invertir en las mejores cremas, tratamientos y cosméticos si no limpias tu rostro por la noche y por la mañana, siempre, aunque no te hayas maquillado.
Por eso nos gusta la doble limpieza coreana, por eso y porque las coreanas saben mucho de belleza. Desde hace años el país asiático es la cuna de la belleza, de allí han venido, entre otros productos, la BB Cream, la esencia, los formatos cushion, las mascarillas tissues… y ahora la doble limpieza facial.
La primera limpieza: aceite limpiador
El uso de aceites para el rostro es una de las tendencias de los últimos años. Y no solo como tratamientos, también como desmaquillantes. Y el primer paso de la doble limpieza coreana incluye, precisamente, el uso de un aceite limpiador.
Los aceites limpiadores (que los pueden utilizar todos las pieles, también las grasas) ayudan a eliminar el maquillaje y las impurezas que la piel atrapa después de un largo día y el sebo y el sudor que se acumulan por la noche. Así que debes utilizarlo en tu limpieza de mañana y de noche. Aplica unas gotas en las palmas de las manos y extiendo por tu rostro con suaves movimientos circulares.
Después de haberlo masajeado, Chalotte Cho recomienda ·añadir un poco de agua tibia para que emulsione, seguir masajeando con las yemas de los dedos y aclarar con agua caliente·. Seca tu rostro dando suaves toques con la toalla, sin frotar.
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