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Lo que puede comenzar por un dolor de cabeza, tos, dolor muscular y hasta fiebre puede devenir en neumonía, una infección del pulmón que causa en la Argentina más de 15.000 muertes anuales, en su mayoría prevenibles gracias a la vacunación.
Caracterizada por la multiplicación de microorganismos en el interior de los alvéolos, lo que provoca una inflamación con daño pulmonar, la neumonía se convirtió en un problema sanitario debido no solamente a los decesos, sino también a su alta tasa de internación.
En la Argentina, la neumonía es la sexta causa de muerte en general y la quinta causa en mayores de 60 años. Pero el dato alarmante que se conoce hoy, en el Día Mundial contra la Neumonía, es que uno de cada cuatro adultos que la contrae fallece durante el primer año de recibido el diagnóstico.
La enfermedad se desarrolla cuando un germen infeccioso invade el tejido pulmonar, por tres vías distintas: por aspiración desde la nariz o la faringe, por inhalación o por vía sanguínea. La bacteria más frecuente que causa la neumonía es el neumococo (Streptococcus pneumoniae) y, entre los virus, el más frecuente es el de la gripe .
«Las vías respiratorias tienen mecanismos de defensa que evitan que lleguen bacterias al pulmón; sin embargo, esas defensas pueden debilitarse por determinadas circunstancias y facilitar así que los gérmenes alcancen el pulmón y produzcan infecciones», explicó la doctora Maria Eugenia Alais del Servicio de Neumonología del Hospital Alemán.
Y completó: «Algunos procesos que producen estas alteraciones de los mecanismos de defensa son el consumo de tabaco, las enfermedades pulmonares crónicas, el alcoholismo, la desnutrición, la diabetes, los problemas crónicos renales o hepáticos, las alteraciones de nivel de consciencia y otras deficiencias de la inmunidad (enfermedades oncológicas, VIH)».
También puede ocurrir que algunos gérmenes provengan de otra región del organismo y alcancen el pulmón a través de la circulación sanguínea.
Cuando la vacuna salva vidas Las personas con mayor riesgo son los lactantes y los ancianos. El 36% de los pacientes que necesitan ser internados por neumonía en una terapia intensiva pueden llegar a fallecer por esa causa. En cambio, cuando la neumonía es leve y no necesita internarse, no suele causar muertes.
Esa es la clave por la que la vacunación es un gran arma de prevención. No solamente porque puede impedir en muchos casos que se contraiga la enfermedad, sino que actúa como una defensa que disminuye la gravedad de los síntomas en el cuerpo, evitando complicaciones serias que derivan en internaciones largas o inclusive la muerte», explicó a LA NACION el doctor Alejandro Cané, médico pediatra del Hospital Universitario Austral, especializado en Infectología.
Y agregó: «En la Argentina existen vacunas para prevenir varios serotipos de neumonía, una enfermedad causada por virus, bacterias, hongos y hasta parásitos. Al no estar incluida en el calendario vacunatorio, se aplica de forma voluntaria en recién nacidos, con refuerzo al año y en mayores de 65 años. Están disponibles la PVC 13 y la PPSV23 que protege al cuerpo de 23 serotipos del neumococo».
Las personas con mayor riesgo son los lactantes y los ancianos.
Tipos de neumonía
La neumonía se divide en comunitaria -cuando la persona que la padece es sana y la ha contraído en la comunidad- y hospitalaria -cuando se ha contraído en el hospital-. Esta última se produce por gérmenes distintos que la comunitaria y suele producirse en personas que permanecen internadas por períodos prolongados de tiempo en unidades de terapia intensiva o que requieren ventilación mecánica.
En la consulta médica, el médico evaluará según los síntomas mostrados y solicitará una radiografía simple de tórax para confirmar el diagnóstico. Asimismo, solicitará análisis de laboratorio, orina y conocer la saturación de oxígeno en la sangre, de acuerdo con cada caso.
Síntomas en el cuerpo
Los síntomas son variables. Algunos casos corresponden a una neumonía típica, que consiste en la aparición en varias horas o entre 2 y 3 días de tos con expectoración purulenta, en ocasiones con sangre, con dolor torácico y fiebre con escalofríos.
En la Argentina, la neumonía es la sexta causa de muerte en general y la quinta causa en mayores de 60 años. Otras neumonías, llamadas atípicas, tienen síntomas más graduales que consisten en décimas de fiebre, malestar general, dolores musculares y articulares, cansancio y dolor de cabeza. La tos es seca, sin expectoración, y el dolor torácico es menos intenso.
«La mayoría de las neumonías tienen características de ambos grupos. Si la neumonía es extensa o hay enfermedad pulmonar o cardíaca previa, el paciente puede tener también dificultad respiratoria. Además, si los gérmenes pasan a la circulación sanguínea puede conducir a una infección en todo el cuerpo -un shock séptico-, con riesgo para la vida. En pacientes con enfermedad avanzada, los síntomas pueden ser aún más inespecíficos, como confusión, malestar general y alteración del nivel de conciencia», precisó la doctora Alais.
Se suele producir con más frecuencia en los meses invernales y coincidiendo con las epidemias de gripe.
Posibles consecuencias
La mayoría de las neumonías no necesitan internación y mejoran con antibióticos y medidas generales como reposo, hidratación, etc. Un 10% de las neumonías necesitan internarse y algunas pueden ser graves, y no responder a pesar de que los antibióticos sean los adecuados, ya que la curación también depende de la capacidad de respuesta del paciente.
Otras veces la persona mejora en forma parcial y sufre complicaciones como el derrame pleural, es decir, coleccionar líquido alrededor del pulmón como consecuencia de la infección. El recuperarse totalmente de una neumonía toma tiempo, incluso se considera que se puede tardar un mes en recuperarse totalmente de este cuadro.
Estudio único
Según una investigación regional en casi 3000 pacientes de tres ciudades de la Argentina, Paraguay y Uruguay, 1 de cada 4 adultos que contrae neumonía muere al cabo de un año
Los resultados de esta investigación fue llevada a cabo por la Fundación del Centro de Estudios Infectológicos (FUNCEI) y el laboratorio Pfizer, en tres ciudades de Latinoamérica: General Roca (Argentina), Rivera (Uruguay) y Concepción (Paraguay).
El 51,2% de las 5118 personas que se acercaron a la consulta médica con síntomas respiratorios sugestivos de infección respiratoria baja (promedio de edad de 63 años), recibió diagnóstico de neumonía adquirida en la comunidad. De ellos, el 23,11% falleció dentro del primer año de recibido el diagnóstico.
Paralelamente, se difundió una encuesta, también regional, que muestra que solo 3 de cada 10 mayores de 50 años (29%) consideraba que estaba en riesgo de contraer neumonía, cuando en realidad se trata de un grupo etario altamente expuesto, mientras que casi la mitad (47%) desconocía la existencia de una vacuna para su prevención.
«Entre los hallazgos de esta investigación, además de una muy elevada incidencia de neumonía, encontramos que el 23,11% de quienes padecían la enfermedad fallecieron al cabo de un año, una cifra llamativamente superior a las estadísticas internacionales. Esto es particularmente preocupante, sobre todo tratándose de una enfermedad que es prevenible mediante vacunación y que, detectada a tiempo y con el tratamiento adecuado,ofrece un buen pronóstico», sostuvo el doctor Gustavo Loparto, médico infectólogo, actual presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) y coordinador del relevamiento.
La neumonía causa en la Argentina más de 15.000 muertes anuales. Otro dato que llamó la atención es que sólo el 16,7% de las personas habían sido vacunadas contra la neumonía. En cuanto al tratamiento, el 66,7% debió ser internada y un 22,9% requirió cuidados intensivos. Se encontraron una o más comorbilidades en 7 de cada 10 casos (69,3%), como ser enfermedad cardiovascular, tabaquismo, EPOC o diabetes, situaciones que aumentan considerablemente el riesgo de la neumonía. La pérdida promedio de jornadas activas asociadas a la enfermedad fue de 10 días.
En General Roca, la incidencia anual detectada entre el grupo de mayores de 65 años, el segmento más vulnerable y con mayor índice de mortalidad, fue de 22,04 a 38,85 casos por cada 1000 habitantes por año, más del doble en comparación con las otras dos ciudades. La mortalidad general durante los 14 días posteriores al inicio del cuadro fue de 11,6% para General Roca, 13,1% en la Ciudad de Concepción, y 10,9% en Rivera.
«Conforme la población envejece, es esperable que la incidencia de neumonía aumente. La expectativa de vida se prolonga y por esta razón cada vez veremos mayor cantidad de casos de neumonía en adultos mayores. Hoy contamos con la posibilidad de prevenirla mediante la vacunación. Sin embargo, el conocimiento de la importancia de la vacunación para prevenir la neumonía neumocóccica en adultos es escaso y esto se ve reflejado en las bajas tasas de cobertura que se observan», concluyó Lopardo.
LA NACION Sociedad Salud