El Observador / Las revistas dirigidas a mujeres hablan mucho sobre alimentación ; y no siempre lo hacen por medio de artículos firmados por profesionales. Mujeres de todas las edades las han consumido alguna vez y sus hijas también lo hacen o lo harán eventualmente. Sin embargo, ¿cuál es realmente el impacto de las informaciones sobre alimentación contenidas en las revistas en la causa y mantenimiento de los hábitos alimentarios de las lectoras?
Cabe mencionar que la adolescencia y los primeros años de juventud son las etapas evolutivas en las cuales se consolidan casi definitivamente los patrones alimentarios que predominarán durante la vida adulta.
Es sabido, además, que tanto el género femenino como la edad joven son factores de riesgo para el desarrollo de trastornos alimentarios, tales como la anorexia y la bulimia. De esta manera las jóvenes interiorizan, en menor o mayor grado, el ideal estético actual, encarnado por mujeres delgadas, con aspecto enfermizo y de formas masculinizadas. Esto hace pensar que se puede estar acentuando la relación ficticia entre cuerpo delgado y apariencia saludable, cuando realmente una persona que goce de buena salud suele situarse en el peso que le corresponde por altura.
En general, parece ser que los conocimientos de salud de las jóvenes no son tan buenos como sería de esperar considerando la información que tienen al alcance en la actualidad procedente fuentes fiables. Es probable, pues, que otras fuentes de menor calidad estén ejerciendo una fuerza hacia el sentido contrario. El papel de las revistas dirigidas a mujeres jóvenes, que no han demostrado ser agente de promoción de una alimentación saludable sino más bien todo lo contrario, seguramente sea central en esta inecuación, que de momento no parece decantarse hacia el lado óptimo.
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