El Clarín / Es matemático: todos los días, cuando terminás de comer, te viene la «modorra». Esa sensación plomiza que te nubla el cerebro y que sólo podría curarse con una siesta reparadora, si no fuera porque debés seguir trabajando unas cuantas horas más.
Este estado de cansancio está relacionado, entre otras cosas, con la frase que siempre nos decía nuestra madre: «Estás haciendo la digestión y se te baja toda la sangre al estómago». Según el doctor Xavier Xercavins, médico de familia y experto en medicina interna, «estos bajones postprandiales o de después de las comidas, son un proceso que se suele dar por una baja de tensión arterial, ya que la digestión reclama mucha sangre en la zona digestiva y la saca de otros lugares como el cerebro y el corazón, lo cual favorece la fatiga».
Una reacción natural
Además, de acuerdo con la National Sleep Foundation , los impulsos biológicos más fuertes de dormir en los adultos ocurren entre las 2 y 4 de la madrugada y entre la 13 y las 15. Después de una dura jornada matinal en el trabajo, por la tarde nuestro cuerpo entra en un estado de «recarga».
Para todos aquellos que no pueden remediar estos bajones post-comida con una siesta, aquí van una serie de consejos .
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1 – Quedate siempre con un poco de hambre
Es una técnica que los habitantes de la isla de Okinawa practican en todas sus comidas desde hace tiempo y que los ha convertido en unos de los más sanos y longevos del mundo. Se conoce como Hara Hachi Bu, que traducido al español significa «comé hasta que estés satisfecho al 80%», y que puede ser el remedio perfecto para sentirse más ligero.
El doctor Xercavins está de acuerdo con esto y afirma que «tenemos que hacer comidas poco fuertes y quedarnos con una ligera sensación de hambre, la cual nos indicará el punto exacto». Además, debemos tener en cuenta que la comida tarda 20 minutos en llegar al estómago y liberar la hormona que transmite a nuestro cerebro la sensación de saciedad.
2 – Mascá chicle
Para lograr concentrarte en tus tareas y estar más alerta, el chicle podría ser tu solución. En una investigación publicada en Nutritional Neuroscience , aseguran que mascar chicle aumenta la cantidad de sangre y oxígeno que fluye en nuestro cerebro, lo cual nos ayuda a activarnos.
3 – Encendé las luces
Si tenés la desgracia de no tener un maravilloso ventanal en tu trabajo, un estudio de Physiology and Behavior te propone encender una luz extra en tu escritorio para aumentar tu nivel de energía. Llegaron a la conclusión de que al incrementar la luz en las oficinas, los trabajadores experimentaban tiempos más cortos de reacción y se sentían menos somnolientos.
4 – Salí a pasear
La mayoría de los trabajos nos tienen anclados a una silla de oficina y esto hace que se vuelva más lenta la actividad de nuestros músculos, además de frustrar la capacidad de regular el azúcar con insulina, lo que nos hace estar más cansados.
«Podemos activarnos con una caminata de unos 15 o 20 minutos a paso ligero», recomiendan los expertos. Con un paseo rápido alrededor de nuestra oficina equilibramos la insulina y liberamos endorfinas que nos ayudan a sentirnos mejor.
Y si se puede hacer al aire libre en vez de en un gimnasio, mejor. Tal y como revela un estudio de Environmental Science and Technology , los que caminan al aire libre se sienten después con más energía que los que lo hacen en interiores.
5 – No abuses del café
A veces es un acto mecánico: tengo sueño, me tomo un café. Sin embargo, el doctor Xercavins nos advierte que «es un buen estimulante para el desayuno, pero después de comer no es aconsejable para despejarse, ya que aumenta la vasoconstricción».
Como alternativa, podés cambiarlo por té verde, que es un antioxidante, ayuda a perder grasa y libera su cafeína durante períodos más largos que el café.
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?6 – Reíte mirando videos
Podría ser la solución definitiva para que no bloqueen el acceso a YouTube en tu oficina. Según un estudio de la Universidad de Nebraska , ver videos graciosos nos proporciona un «shock de energía», aumenta la presión arterial, la frecuencia cardíaca y los niveles de dopamina y mejora nuestro estado de ánimo.
7 – Escuchá canciones alegres
También puede despabilarte escuchar alguna de tus canciones favoritas, aunque hay un requisito: que sea optimista. En una investigación de la Universidad de Toronto , mostraron que oír canciones alegres disparaba los niveles de energía y creatividad. Y si además las conocés, el impulso es aún mayor.
8 – Bebé un poco de agua
Hidratarse es fundamental y a veces en el trabajo se nos pasan las horas sin beber ni una gota de agua. Según un estudio sobre la salud de la mujer , publicado en The Journal of Nutrition, tan sólo un nivel de un 1% de deshidratación provoca fatiga, causa problemas de concentración y dificulta la comprensión de las tareas. Por eso, no viene mal hacer un esfuerzo y darse un paseo hasta la máquina dispensadora de agua de vez en cuando.
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9 – Tomá un tentempié
Si sentís que tu cuerpo necesita algo de azúcar, intentá no caer en la tentación de los snacks industralizados. Los carbohidratos te dan un golpe de energía rápido pero luego contribuyen a que te sientas más lento.
Un estudio de 2014 sobre la salud de la mujer de la Universidad de California reveló que los probióticos del yogurt favorecen la actividad cerebral y por tanto ayudan en la toma de decisiones y la reducción del estrés.
10 – Jugá con tus orejas
Según un estudio de Journal of Traditional Chinese Medicine , pacientes que sufrían fatiga crónica estimularon sus orejas mediante algunas modalidades de acupuntura y experimentaron un aumento de energía mayor que los que tomaban pastillas.
«Las orejas son un microsistema y tienen propiedades que se activan estimulando determinados puntos. Pero yo recomendaría, para ayudar al tránsito intestinal: masajear el intestino, en el sentido de las agujas del reloj y por debajo del ombligo. También, si bajamos desde el muslo hasta la rodilla con la mano abierta haciendo un poquito de fuerza, tocamos 6 o 7 puntos de los meridianos del estómago y bazo, que son los responsables de la digestión», afirma la doctora Gemma Casasampera, experta en medicina integrativa y en medicina tradicional clásica.
«Si lo que queremos es despertarnos, debemos estimular el punto medio de la cabeza, entre las dos orejas, con unos golpecitos. Ahí hay un punto de acupuntura que asciende yang y que asciende energía, llamado Du Mai 20», puntualiza la experta.