Cada día hay más estudios científicos que le encuentran muchos beneficios a la fibra alimenticia. Baja el riesgo de desarrollar cáncer , baja los niveles de colesterol y mejora la digestión. Además, durante el embarazo, es esencial para ti y tu bebé. La progesterona, una de las hormonas que aumenta con el embarazo, altera el sistema digestivo, lo que puede traerle problemas de estreñimiento y hemorroides a la futura mamá. Mejor aún: la fibra produce la sensación de estómago lleno por más tiempo y quema más calorías al digerirse, por lo que es una importante aliada a la hora de cuidar el peso, por ejemplo, una vez que has dado a luz. Para aumentar el consumo de alimentos con fibra: Trata de comer más cereales, legumbres, frutas y vegetales. El apio, por ejemplo, tiene mucha fibra, al igual que otras verduras verdes. Compra pan integral o que tenga avena como ingrediente principal. Come porotos o frijoles hervidos, en sopas, en guisos o en ensaladas. Los garbanzos y las lentejas además de tener fibra, tienen mucha proteína, lo que es excelente. Prefiere arroz integral. Espolvorea avena sobre yogurt, puré de manzana o tu plato de cereal.