Por Zoraida Grimán / @zoraidagriman
La mayoría de las personas se ven afectadas repentinamente por temores y las creencias negativas sobre los cuarenta años, calorones, presbicia y que todo empieza a disminuir y a caer…
Lo importante es darse cuenta que a todos no les afecta de igual forma, unas ni se enteran y otras no tienen tiempo para eso, es cuestión de actitud…
Es importante revisar de donde salió esa información, de la familia? O de las amigos y amigos que te rodean? Cuán cierto es? Te sientes realmente así? O estas comprando todo lo que te venden como un patrón en todos los organismos? Qué tanto permites que esto te afecte?
Es importante dedicarte tiempo a revisar a quien pertenece, si no son tuyas entonces desconéctate. Y si es tuyo sentir la emoción y vivirla, desde el agradecimiento por la vida y concientizar los procesos de la naturaleza en nuestro ser.
El ingreso a los cuarenta ha de despertar la atención hacia ciertos cuidados, más atención en la alimentación, comenzar con ciertos ejercicios, programar actividades sociales para continuar en movimiento.
También es el tiempo de la primera revisión acerca de lo que no hice y el tiempo real se agotó por ejemplo para tener hijos, no así para iniciar estudios, viajes, o actividades laborales completamente nuevas, te llevara a tomar nuevos retos y te dará la sensación de frescura y de mucho por hacer, será de gran motivación.
Lo ideal es no darle fuerza a esas creencias, solo lograrán entrar en ansiedad y miedos a los años por venir. Desanimarse podría llevarlos a la depresión y a la limitación de actividades que tranquilamente pueden realizar.
En realidad es una maravillosa etapa, donde alcanzamos la madurez, donde decir sí o no es más fácil e interesante. La experiencia nos permite enfrentar la vida con más confianza, seguridad y mucho valor.
Es el momento de valorizar todo lo que hemos aprendido y está en uso en nuestro día a día. Aceptamos nuestro cuerpo, está la conformación del cuerpo a su máxima expresión, equilibrios hormonales, nos conocemos más y nos manejamos mejor en todos los sentidos.
Es el momento de iniciar algo que siempre te gustó, a ver cuáles son tus pendientes, cuáles son tus compromisos adquiridos y/o los impuestos y soltar. Ya no es tiempo de dejar pasar oportunidades, viajar y alimentar el alma es lo prioritario en esta etapa.
Sugiero si no lo has realizado antes, el cultivar la atención. Esto requiere de un poquito de tiempo, para observar y reconocer cada evento pequeño o grande de que se presente en tu día, detenerte para ver y disfrutar los colores, las formas y la naturaleza con sus colores y olores. El vuelo de los pájaros y sus cantos, es recrearte, la velocidad de la vida baja para permitirte recrear el alma.
Estar más consciente del aquí y ahora y de los pensamientos, sentimientos y sensaciones que tengas. De esta forma tu capacidad de selección aparece y sabrás en realidad cuales cosas quieres hacer y con quién.
Como si fuera la primera vez, elige cosas que quieres experimentar o probar, aprender algún hobbies, atrévete a hacerlo. Simplifica la vida, revisa y reorganiza tus actividades, para estar en lo que quieres y contigo, disfrutar la soledad creada por ti.
Y aquí entenderás que la plenitud de la vida no está en hacer muchas cosas, sino en el disfrute de cada instante.