¿Deberías beber vino estando a dieta? La respuesta te sorprenderá

“Incluir alcohol en tu dieta es una mala idea” , piensas. Y en parte, estás en lo cierto. Ahora bien, tipos de alcohol existen muchos y en el caso del vino, puede hacerse una excepción. ¿Por qué?

A continuación te explicamos algunas de las razones que los expertos dan para incluir vino en dietas y aumentar así la pérdida de peso de manera saludable.

Hace que las células grasas se formen más lentamente

Parece ser que el consumo de esta bebida está relacionada con el menor desarrollo de las células grasas. Es decir: al consumir esta bebida de los dioses (¡con moderación!), los seres humanos reducimos nuestra proporción de este tipo de células. Esto es algo positivo para quien pretende perder peso y para quienes poseen cualquier otra problemática de salud.

Acelera tu metabolismo

El vino y la dieta están muy relacionados entre sí: este tipo de bebida acelera nuestro metabolismo, como bien lo han demostrado algunos estudios científicos. Por lo tanto, al consumir el vino, estarás haciendo que tu cuerpo se ponga en marcha para quemar calorías.

Aumenta tu temperatura corporal

El vino, como cualquier otro tipo de alcohol, hace que la temperatura corporal suba. Y, ¡esto supone una quema de calorías!

Por lo tanto, al consumir vino con moderación, contribuyes a eliminar una parte de los ingresos calóricos de tu día.

Mejora tu asimilación

Es cierto que el alcohol contiene un gran número de calorías. Sin embargo, los estudios científicos han demostrado, que en el caso del vino, aquellos que lo beben con moderación de forma frecuente lo asimilan mejor.

Reduce el apetito

El consumo moderado de vino puede ayudarte a reducir el apetito. Para las personas que se agobian con la comida cuando están a dieta, esto podría ser una buena razón para disfrutar en compañía de una copa del vino que más les guste, ¿no te parece?

Como ves, el vino ha sido siempre considerada como una bebida positiva e incluso se recomienda su consumo en dietas. Lógicamente hablamos de un consumo moderado de vino que nunca ha de ser superior a una copa por día y de un vino de buena calidad. ¿Ya combinabas tus dietas con el consumo de vino?

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