La mirada en el espejo no es la misma. De un día al otro aparece la marca negra y no es el rímel corrido ni la presión de los lentes sobre la nariz, ¿ojeras? Podrían ser preaviso, en el peor de los casos, de enfermedad latente, pero en el día a día las vivimos como el resultado de noches sin dormir, cansancio y factores de estrés. Te revelamos las verdaderas causas de su aparición y te ayudamos a prevenirlas. Sin tapaojeras.
¿Qué son las ojeras? Se llama ojera o hipercromía idiopática del anillo orbitario a la alteración del color de la piel de los párpados debido a una excesiva producción de melanina o a la dilatación de los capilares próximos a la superficie de la piel. Suelen seguir la anatomía del músculo orbicular de los ojos dando como resultado un aspecto de rostro cansado o enfermo. Es importante saber que la piel que rodea los ojos es cuatro veces más fina y delicada que la del resto del cuerpo y, como consecuencia, es más fácil que se manifiesten arrugas, deshidratación, flacidez y edemas.
¿Cuáles son las causas? ¿Existe un factor hereditario? Hay tres factores que caracterizan a las ojeras: mayor vascularización, mayor depósito de pigmento y una ligera depresión que colabora para que se vea más sombra debajo del ojo en el párpado inferior. Esa depresión, también llamada surco de ojeras o valle de lágrimas, se forma por la falta de tejidos blandos en la zona del contorno, quedando la piel del párpado directamente en contacto con las estructuras óseas subyacentes.
Si bien muchas veces la aparición del surco de ojeras está relacionada al envejecimiento, también puede estar ligada a una causa constitucional o congénita familiar, es decir, que genéticamente estemos predispuestos a reabsorber más, o menos tejido blando y masa ósea, independientemente de la edad que tengamos.
Hoy podemos decir que la causa más común es hereditaria. Hay una predisposición familiar a tener ojeras y estas suelen presentarse desde la infancia.
¿Quiénes tienen mayor predisposición a tener ojeras? Aquellos con alergias respiratorias, con procesos irritativos crónicos de la piel de los párpados. También las mujeres que atraviesan cambios hormonales como los que suceden durante la menstruación o el embarazo. Los pacientes con enfermedades crónicas tiroideas, renales o infecciosas.
Las ojeras también tienen relación directa con las distintas razas, ya que la pigmentación de la piel varía. La mediterránea tiende a generar mayor pigmentación que otras razas de piel más clara y el exceso de pigmentos en esa área provoca un cambio de coloración importante. De acuerdo al color de la piel, las ojeras adquieren diferentes tonalidades: en la piel oscura se ven marrones y en las pieles claras violáceas.
¿Cómo podemos prevenirlas? En primer lugar, es importante dormir bien (mínimo 8 horas), beber por lo menos 2 litros de agua al día y consumir la menor cantidad posible de sal y alcohol. Estos hábitos saludables van a colaborar en la disminución de las ojeras.
Si bien existen soluciones cosméticas para atenuarlas, también se puede disminuir la pigmentación y la vascularización en forma temporaria, con la combinación de tratamientos con cremas despigmentantes, descongestivas y fuentes de luz como luz pulsada intensa y el láser.
Vía: Agencias