Posición sexual: acróbata, la importancia de la flexibilidad

Es necesario siempre estar abiertos a nuevas posturas sexuales que pueden romper esquemas

Habiendo tantas posiciones sexuales para experimentar más placer, ¿por qué muchas parejas se limitan a unas cuantas? Eso tiene que parar.

Todo el mundo conoce y ejecuta posiciones sexuales como el misionero, el perrito, la cuchara pero es muy importante estar abiertos a nuevas experiencias, mismas que pueden ayudar a que el acto sexual sea mucho más placentero y duradero.

Aunque puedes encontrar en línea varios consejos e imágenes para probar posiciones que parecen salidas de una película de ‘Matrix’, existen varias alternativas que va a dar un aire fresco a tu relación… una de esas alternativas es el acróbata .

El acróbata es una postura sexual que requiere de buena flexibilidad por parte de las mujeres y fuerza superior en los hombres. Llevarla a cabo es muy sencillo: el hombre debe sentarse en una silla en la que permita que la mujer se coloque encima de él. Una vez que la penetración haya comenzado, la mujer deja caer su cuerpo y se sostiene de las piernas del hombre mientras él sostiene a la mujer de la cadera mientras sigue el acto sexual. La posición del acróbata ayuda a la mujer a llegar al orgasmo.

A diferencia de otras posiciones sexuales, el acróbata ayuda a que se estimule mejor el punto g de la mujer y lleva a un orgasmo amplificado, además de que el ejercicio físico realizado ayuda ambas personas (sobre todo a la mujer, quien amplía su nivel de flexibilidad).

Es importante tomar en cuenta que en posiciones sexuales como el acróbata, el contacto visual de la pareja es mínimo y ya deben conocer los límites de cada uno. No es una postura que se deba realizar durante los primeros encuentros sexuales.

Una vez dominada la postura del acróbata, tanto el hombre como la mujer pueden empezar a sumarle elementos y amplificar su experiencia, ya sea con la mujer estimulándose mientras es sostenida o el hombre estimulándola.

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