¿Te sientes cansada y no sabes por qué? ¿La fatiga te invade aunque recién te hayas despertado? Puede ser que sea por falta de proteínas.
Si quieres saber cuáles son los 5 signos que indican que estás sufriendo de este tipo de deficiencia nutricional, ¡acompáñanos!
#1 Te sientes débil cuando haces ejercicios
¿Te sientes débil cuando haces algún tipo de ejercicio y notas que esto no te pasaba antes? Esto puede significar que necesitas consumir más proteínas. Esto sucede debido a que estos nutrientes son las que se encargan de reparar los músculos después del entrenamiento físico.
#2 Sientes los músculos flácidos
No solo el rendimiento de tus músculos declina, sino que su apariencia y tamaño también disminuyen. Esto sucede porque tu cuerpo no puede encontrar las suficientes proteínas en tu dieta para sostenerse a sí mismo y las toma de tus pobres músculos.
#3 Tu pelo se está cayendo
La caída de cabello también es un signo inequívoco de deficiencia de proteínas. Cuando tu organismo no recibe la cantidad necesaria debido a una dieta insuficiente, la toma de otras partes de tu cuerpo además de los músculos (como expliqué en el punto anterior). ¿Por ejemplo? Del cabello y de tus uñas.
#4 No te puedes concentrar
Una de las señales más características de la carencia de proteínas es la falta de concentración. Esto sucede porque no existe el flujo suficiente de hidratos de carbono para alimentar a tu cerebro.
Por tanto, si no incrementas la cantidad de proteínas en tu alimentación diaria, las ráfagas de lucidez mental serán cada vez más esporádicas.
#5 Se te antojan las cosas dulces
Una de las primeras señales de que tienes bajas las proteínas es el deseo incontenible de comer cosas dulces. Y es que una de las funciones más importantes de las proteínas es mantener en equilibrio los niveles de glucosa en tu organismo. Esto explica el deseo que puedes sentir de comer cosas dulces en lugar de otro tipo de alimentos.
Recuerda que para aumentar la cantidad de proteínas en tu dieta, deberás consumir carne roja, pescado, frutos secos, semillas, huevos y lácteos. Así que, ¡comienza a acudir a estas fuentes!
iMujer