Puede que lleves más de media vida escuchando lo de ‘hay que beber dos litros (u ocho vasos) de agua al día’ . Pues bien, según la Universidad de Harvard esto no es así . La clave está en los fluidos y en comer mejor (sí, frutas y verduras).
Que levante la mano el que sepa cuánta agua hay que beber cada día. Bueno, quizá lo más acertado sería pedir que la levantara el que no lo sepa porque entre esos mandamientos de salud extremadamente extendidos y populares se encuentra, sin duda, el de «beberás (por lo menos) dos litros de agua al día». Y lo que aquí son dos litros, en Estados Unidos lo prefieren expresar en vasos; ocho diarios, concretamente. Pues bien, según un estudio de la Universidad de Harvard esto realmente no es así. Ojo, tampoco es que sea un mito sino que es una recomendación que hay que analizar.
Lo primero que resalta el estudio de una de las mejores universidades del mundo: e sta ingesta de dos litros/ocho vasos de agua diarios no tiene base científica. Lo segundo: idealmente tienen que beberse entre 0’8 litros y 1’4 litros de fluido al día (que equivale a unos seis vasos). Lo tercero: ahí está la clave, en la palabra ‘fluido’; porque el agua no es lo único que hidrata el cuerpo y es justo para estar hidratado -no para adelgazar- para lo que se beben estas cantidades.
No, esos casi dos litros o seis vasos no tienen que ser, obligatoriamente, de agua. También pueden ser de zumos, de sopas frías en verano y caldos calientes en invierno… Y no hay que olvidar que hay más cosas que contienen un índice alto de agua: la lechuga, las espinacas, las frutas, etc. Ahí entra, claro está, la buena alimentación de cada uno. Habrá quien se asombre al saber que la verdura y la fruta contiene agua y que también ‘computa’ como parte de esa hidratación necesaria diaria. Y habrá quien asienta con la cabeza al leer esto porque refuerza la dieta saludable que lleva.
Este estudio de Harvard también hace deja de manifiesto que los fluidos diarios -ya sea contabilizada en litros o en vasos- no deben beberse de golpe, sino que hay que espaciar sus temas a lo largo de la jornada y en diferentes momentos: trabajando, comiendo, en el gimnasio, en el tiempo de ocio.
Esta precisión en torno a los fluidos que se ingieren adquiere especial importancia en épocas de ola de calor, como la que estamos viviendo de forma continuada este verano. Hay que prestar mucha atención a signos de deshidratación y estos son: mareo, debilidad, taquicardía y orina oscura. E igualmente serio es desmitificar ‘verdades populares’ como que beber dos litros de agua al día adelgaza o que es una forma segura de filtrar todas las toxinas de los riñones. La clave está, como hemos dicho, en la palabra ‘fluidos’ y en llevar una dieta verdaderamente sana y equilibrada.
Fuente: Yahoo!