Nutrición y enfermedades neurodegenerativas

En los países industrializados se está produciendo un envejecimiento progresivo de la población. La esperanza de vida es cada día mayor, y esto lleva consigo la mayor aparición y mantenimiento durante más años de diversas patologías crónicas. Se habla de que un porcentaje cercano al 20% de la población sufrirá alguna enfermedad neurodegenerativa . Las más frecuentes son: esclerosis múltiple , enfermedad de Parkinson , esclerosis lateral amiotrófica y enfermedad de Alzheimer .

Estas patologías están caracterizadas por un daño progresivo e irreversible en el tejido nervioso que va mermando las capacidades de la persona que lo padece. Parece, en este caso, que todos aquellos nutrientes , hábitos o efectos que puedan relacionarse con el adecuado mantenimiento de las estructuras nerviosas (células nerviosas o neuronas, conexiones neuronales, paredes celulares, etcétera) podrían ser beneficiosos a la hora de una posible prevención en la aparición de estas dolencias o de un enlentecimiento en el avance de la sintomatología, una vez ya diagnosticada la enfermedad.

En cualquier caso, existen actualmente varias líneas de investigación que arrojan resultados concluyentes: no es fácil etiquetar a nutrientes por separado con un efecto beneficioso o dañino, sino que es el conjunto de toda la dieta junto con unos hábitos globales de vida saludables, un correcto estado nutricional y una base genética que nos sea propicia lo que contribuye a una buena salud neurológica.

Alimentos recomendados en enfermedades neuronales Si hacemos una revisión de los alimentos que contienen sustancias beneficiosas a nivel neuronal, vemos que son muchos y que pertenecen a casi todos los grupos de alimentos: cereales, leguminas, hortalizas, frutas , aceites de semillas, frutos secos, carne , pescado , lácteos , huevo , hígado, verduras de hoja, levadura de cerveza, pescado azul, etcétera.

Por ello se puede concluir que no hay un listado de alimentos recomendados y no recomendados en estas situaciones, sino más bien, un estilo de vida saludable que incluya un consumo razonable de estos productos.