La expresión de nuestra sexualidad

El dormitorio, o cualquier otro lugar, nunca debe ser un campo de batalla por el poder. Entonces, la cuestión de quién adopta las posturas dominante y sumisa o los papeles activo y pasivo, han de decidirla los amantes tras haber llevado a cabo una deliciosa y mutua exploración de lo que consideren natural, placentero, satisfactorio y sexualmente creativo para ambos.

En nuestros días, a la mayoría de las parejas les gusta intercambiar las posturas y los papeles sexuales, porque les permite experimentar todos los matices de su naturaleza sexual, que tendrán para ambos, cualidades femeninas y masculinas independientemente del género. Así es cómo debe ser, porque hombres y mujeres también separan su condición genérica en otros aspectos de su vida.

Los hombres no siempre desean ser «machos» y, a veces, necesitan expresar la parte más sensible de su naturaleza, mientras que a las mujeres ya no les agrada estar encasilladas puramente en el papel del «sexo débil». Puesto que nuestra sexualidad constituye una profunda expresión de quienes somos, en cualquier relación sexual debe existir un amplio campo de acción para que quede reflejada toda nuestra diversidad.

En las últimas tres décadas, las mujeres han disfrutado de más libertad sexual que nunca. Esto se debe, en parte, a la disponibilidad de buenos anticonceptivos, lo que ha reducido sus temores a un embarazo no deseado, liberándolas de sus limitaciones biológicas para que disfruten del sexo sólo por intimidad y placer. Además, ahora las mujeres saben que tienen una capacidad orgásmica igual (si no mayor) que la del sexo masculino. Están lejos los días en que alcanzar el éxtasis sexual era considerado como una aberración de su sexo.

Las mujeres quieren y esperan tener una vida sexual satisfactoria y tomar el mando de su cuerpo para hacerlo. Aunque es muy cierto que para una mujer los aspectos emocional, sensual y nutritivo de una relación forman parte integrante de su felicidad sexual, también desean alcanzar, durante las relaciones sexuales, las cimas de un grato placer físico, para el cual su piel está especialmente creada.

Datos para ellos

1) Posturas que ellas disfrutan

Al colocarse encima del hombre , una mujer puede expresar su sensualidad y su erotismo innatos en mayor grado que cuando él asume el papel activo, ya que posee más libertad de movimientos, no se siente tan abrumada por el peso y puede conseguir una estimulación máxima para la excitación orgásmica.

Para el hombre , el hecho de que su compañera se encuentre encima y se haga cargo de los movimientos puede suponer un gran alivio, especialmente si está fatigado o desea tomarse un respiro en el papel de actor principal. No sólo es erótico y visualmente excitante observar cómo la mujer expresa tan poderosamente su sexualidad, sino que también puede disfrutar relajándose en la parte más pasiva de su propia naturaleza sexual.

2) Estimulación de clítoris

Muchas mujeres se lamentan de que los hombres pasan por alto el clítoris centrándose excesivamente en el empuje vaginal , o bien se precipitan sobre el mismo excluyendo el resto del cuerpo. Para el hombre, esto es una situación confusa. Afortunadamente, hay una forma de procurarle la estimulación del clítoris que ella necesita y sin la sensación de estar poniéndola a punto como a un auto antes de una carrera.

Es importante que la mujer siga recibiendo estimulación en el clítoris durante toda la relación y el orgasmo, lo cual puede lograrse mediante las posturas que adopte cada uno de los componentes y que den a la mujer libertad de movimientos y permitan que la vulva quede presionada contra el pubis del hombre.

Las caricias de los labios vaginales o en la zona pubiana estimularán también el clítoris, lo cual puede resultar más excitante y agradable que la presión directa sobre el mismo. Pero no hay que olvidar que el clítoris es un órgano delicado que posee gran cantidad de terminaciones nerviosas sensibles, por lo que un frotamiento frenético o una presión excesiva pueden resultar irritantes e incluso doloroso.

Aunque es posible que la mujer desee y necesite que con la estimulación del clítoris alcance la cima de la excitación sexual, no querrá que se excluyan caricias y besos tiernos y amorosos en el resto del cuerpo. Todas las partes del cuerpo de una mujer son erógenas y puede excitarse sumamente mediante la profundidad emocional de la relación sexual.

La autora Julieta López es fundadora de www.sexydreamslove.cl y www.50sombrasdegrey.cl

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