QUERÉTARO, QUERÉTARO (20/JUL/2015) .- El secretario de Salud estatal, Mario César García Feregrino, señaló que el tratamiento contra obesidad y sobrepeso no es más que un cambio en el estilo de vida, por lo que invitó a la población a seguir consejos sencillos y eficaces para combatirlos.
Tras recordar que en 2014 la Secretaría de Salud estatal atendió a 11 mil 530 pacientes obesos, García Feregrino indicó que en lo que va del año la cifra llegó a 13 mil 174 personas en tratamiento y existen otras siete mil 425 con sobrepeso.
Con el objeto de crear conciencia en la población de que el sobrepeso y la obesidad son prevenibles, sugirió adoptar hábitos alimentarios saludables; establecer horarios para tomar los alimentos y evitar ayunos prolongados.
También recomendó disminuir el tamaño de las porciones de alimentos, así como el del consumo de alimentos con alta densidad calórica como refrescos y demás bebidas azucaradas, dulces, pan, alimentos fritos o empanizados.
El responsable de la política de Salud en Querétaro además sugirió aumentar el consumo de agua simple; incluir mayor cantidad de verduras y frutas en la dieta, y realizar actividad física, al menos 30 minutos al día.
La obesidad, explicó, se caracteriza por un exceso de tejido adiposo en el organismo, que predispone el desarrollo de otras enfermedades como diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, dislipidemias, apnea del sueño, osteoartritis, enfermedades cardiovasculares, infertilidad, algunos tipos de cáncer y otros padecimientos.
Se trata de una enfermedad multifactorial crónica en la que se involucran aspectos genéticos, bioquímicos y dietéticos, que se presenta cuando la ingesta de calorías excede el gasto energético y ocasiona aumento en los depósitos de grasa y elevación de peso, acompañada de alteraciones metabólicas.
Los principales factores de riesgo que pueden llevar al desarrollo de la obesidad o el sobrepeso son sedentarismo, ingesta calórica elevada en relación al gasto energético, consumo rutinario de alimentos con alto contenido de azúcar y grasa como refrescos, jugos, dulces, pan, alimentos fritos o empanizados.