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Zonas complicadas si las hay. Llega el clima cálido y muchas queremos tener el vientre plano, sí, ese mismo vientre que tantas funciones cumple en nuestro organismo, nos hace únicas cada mes y nos da la posiblidad de concebir una vida en nuestro interior. ¿No deberíamos entonces reenfocar nuestros objetivos, ser menos exigentes y pensar más en la función que en la preocupación estética?
La mala alimentación, la falta de ejercicio y los vicios posturales juegan en contra de un vientre plano. Pero vamos por partes. En principio es importante que sepas que mantener un buen «tono» muscular en la zona del vientre es importante porque los músculos abdominales son el soporte y sostén de las vísceras y, por ley transitiva, su entrenamiento colabora con el adecuado funcionamiento de las mismas. ¿Sabías que en el abdomen tenemos músculos estáticos y dinámicos y que los primeros actúan manteniendo la postura mientras los segundos regulan el movimiento? Por eso un buen tono y equilibrio entre las distintas cadenas musculares y a su vez entre los músculos agonistas y antagonistas colaboran en mantener y/o mejorar la postura. Además, un vientre prominente a veces es la consecuencia del desequilibrio del tono muscular entre los músculos del abdomen/pelvis y aquellos de la zona dorso lumbar. Entonces podemos pensar al abdomen como una pared que contiene los órganos del aparato digestivo. Mantener esta zona en forma también es importante porque, a lo largo de los años la fuerza de la gravedad, el parto y la edad hacen que la propia mecánica genital y abdominal tienda a desajustarse con mayor celeridad que en el caso del hombre.
En cuanto a la alimentación tené en cuenta que siempre, después de comer y beber, va a existir mínima distensión, es algo normal por la ingestión de comida y líquido que ingresamos al organismo. Pero si la hinchazón es excesiva, probablemente el volumen por ingesta no es adecuado (sí, comiste de más) o exista alguna intolerancia. Deberías en ese caso consultar con un especialista para evacuar todas tus dudas y descartar algún problema. Pero también hay algunos tips muy fáciles de poner en práctica que te pueden ayudar a no sentirte pesada ni tener hinchazón.
Evitá pasar varias horas sin ingerir alimentos. Uno de los errores más frecuentes que cometemos las mujeres con el objetivo de evitar que el vientre se inflame es realizar ayunos prolongados. En lugar de esta conducta, que es desaconsejable, lo que debemos hacer es disminuir los alimentos a base de harinas refinadas que contribuyen a la retención de líquidos, y no dejar de cumplir con las 4 comidas diarias, aseguran las profesionales de Figurella. Si sentís hambre entre comidas podés elegir una colación fresca, como una fruta, el licuado de una fruta al agua, gelatina dietética o un yogurt descremado. Es bueno realizar durante todo el día pequeñas ingestas cada 2 a 4 horas, sin llegar a que esto te genere un apetito voraz que implique comer grandes cantidades de alimento de golpe.
Prestá atención al ritmo digestivo. No tomes como algo inevitable la constipación por ser mujer. Hay que tratarla, intercalando estímulos intestinales, como un vaso de agua en ayuna o jugo de compota de ciruelas, hasta normalizar el tránsito.
Comé con tranquilidad y masticá bien. La forma y velocidad de la ingesta tienen un rol fundamental. Comer lento, masticando adecuadamente te va a permitir una mejor digestión que, a su vez, va a evitar la formación de gases, acelerar la sensación de saciedad y reducir el volumen de cada comida.
Para prevenir la distensión (pasajera o crónica) es recomendable que evites algunos alimentos. Algunos alimentos tienen alto contenido en fibra, producen mayor dificultad para digerirlos y pueden generar flatulencias. La Lic. en Nurición María Florencia Ramos recomienda de todos modos incluirlos en la alimentación regularmente. ¿El motivo de su sugerencia? Son muy nutritivos, pero en casos de distensión o en una ocasión puntual (por ejemplo si tenés una fiesta y vas a usar un vestido muy ajustado, es preferible que no los comas un día antes) lo ideal es que evites: las coles (repollo, coliflor, brócoli, repollito de Bruselas) y las legumbres y cereales integrales. Si la distensión es excesiva también te pueden indicar, por unos días, suprimir vegetales de hoja crudos y seleccionar frutas frescas sin cáscara ni semillas (manzana, pera, durazno, banana)
Evitá excesos. Otros alimentos que debemos evitar ya que, en exceso, además de generar distensión promueven la adiposidad en abdomen, son los azúcares, las harinas blancas y con levadura como el pan, las pizzas, las pastas, los dulces y los productos de panadería y pastelería. La combinación que tienen entre hidratos, grasas y sodio hace que resulten adictivos y sin darnos cuenta aumentemos la porción.
Hidratate con agua. Tratá de evitar bebidas gasificadas, priorizando el agua y alcanzando un mínimo de 2,5 litros por día ahora en la primavera verano. Este hábito colabora en casos de estreñimiento, y mejorara la circulación y el aspecto de la piel. Como parte de la hidratación se puede realizar una infusión de malva, una hierba ideal para momentos de inflamación
Hacé caminatas y ejercicios localizados. El movimiento es indispensable para activar la circulación y estimular el peristaltismo del intestino; combinado con ejercicios localizados permite generar masa muscular y tonificar el abdomen bajo.
Experta consultada: María Florencia Ramos, Licenciada en Nutrición y especialista en medicina orthomolecular, directora de Nutrición en Maestro Estética.
En esta nota: Belleza y Salud Revista OHLALÁ! LA NACION Sociedad Alimentación