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Apropósito del Día Mundial del Cáncer de Mama, celebrado el 19 de octubre de cada año, es imposible no detenerse ante alguna de las miles de campañas que nacen con la meta de concienciar a la población sobre cómo esta enfermedad en los senos se ha convertido en una de las principales causas de muerte a nivel mundial.
Una característica que resalta entre tantos movimientos informativos es el lema «Tócate», una sola palabra, corta y directa, que incita una acción que puede dar pie al descubrimiento de algún síntoma de la enfermedad, pero que también tiene una «connotación sexual» para el mundo.
Día a día se discute la «sexualización de los senos», ya que estos órganos por naturaleza no entran en la categoría de genitales, al no cumplir ninguna función directamente sexual; sin embargo, generan en el hombre heterosexual un comportamiento y placer típico de si lo fuesen; y al ser tocados consensuadamente es posible que solo se libere placer y alegría.
Al tener esto claro es inevitable pensar que el lema «Tócate» trasciende o debe trascender más allá del campo de la medicina y visitar el lado erótico e íntimo que vive en muchas personas, pues incluso de esa manera nacen toda una serie de factores que bien le hacen al cuerpo.
Los senos y la hormona del amor
Genere molestias o no, para una buena cantidad de hombres, los pechos de una mujer son un factor importante a la hora de decidir si pasarán a un plano más placentero con la chica que les hace compañía. ¿Lo más curioso? No existe una explicación científica exacta que permita entender la fijación que tienen los hombres con tocar los senos, sin embargo, todo indica que el asunto hasta tiene relación con la estipulación de los pezones de una mujer durante la lactancia, donde se libera un químico cerebral llamado oxitocina, también conocido como «la hormona del amor y la felicidad». Esta sustancia ayuda a que la atención de la madre se enfoque en su bebé, pero tal parece que no está reservada exclusivamente para beneficio de los más pequeños.
¿Sin senos no hay paraíso?
Los senos son una de las partes más sensibles que habitan el cuerpo femenino, están en una zona muy poderosa que le causa placer tanto a la mujer como al hombre. Estudios han determinado que algunas mujeres pueden llegar a tener un orgasmo con un simple toque en los pechos; los pezones se contraen y se endurecen como símbolo de excitación femenina; en general se ponen más turgentes y aumentan de tamaño, hasta alcanzar un 25 % más de su volumen; se enrojecen, debido al «rubor sexual» que también tiene que ver con la afluencia de sangre en la zona durante el clímax.
Son tan importantes para la autoestima femenina y la excitación masculina, que existe toda una industria de lencería para conseguir las formas perfectas sobre la piel, y toda una rama médica para transformarlas bajo la misma. De hecho, la operación estética de aumento de mamas, es la más solicitada entre todas las intervenciones.
Una nueva forma de explorar la sexualidad
“Tocarlas”, bien sea a solas o en compañía, sin duda puede abrir paso a todo un espiral de sensaciones nuevas que el cuerpo jamás había experimentado, no solo desde el punto de vista meramente sexual, sino también a nivel psicológico y de autoestima, siendo esta una de las zonas que más genera complejos en las chicas. Conocerlas puede ser un salto directo a la aceptación.
Asimismo, el tacto en los senos puede abrir una puerta para conocer si estos representan un punto sensible más en tu espacio corporal del que no estás sacando el amor potencia a la hora del sexo.
Gabriela Nava (Pasante)