Experta explica cómo evitar que consumismo sea un problema de finanzas

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Hoy en día conseguir un mejor estilo de vida se traduciría, para muchas personas, en sucumbir ante las seductoras ofertas del mercado. Sin embargo, esto puede convertirse en un inconveniente cuando no se controlan los impulsos y se entra a un círculo vicioso de sobreendeudamiento.

Actualmente, existe una tendencia creciente hacia el consumo de bienes y servicios relacionados al disfrute de experiencias y a estilos de vida más relajados y saludables como la comida gourmet, los viajes temáticos, la actividad física diferenciada, entre otras, a las cuales el mercado responde ofreciendo productos cada vez más innovadores, según indicó la economista Adriana Bock.

Indicó que el consumo en sí es necesario para el bienestar cuando se trata de satisfacer necesidades reales y de darse gustos dentro de las posibilidades, es decir, un consumo sostenible. «El problema surge cuando se cae en el consumismo, es decir, en un consumo inconsciente, meramente impulsivo. Esto más temprano que tarde lleva al agotamiento de los ingresos disponibles y ‘obliga’ a la persona a endeudarse para seguir consumiendo. El riesgo consiste en que esto rápidamente puede convertirse en un hábito pernicioso para la salud financiera», agregó.

La especialista explicó que cuando una persona gasta más de lo que ingresa, es decir, genera un faltante o déficit, se endeuda para cubrir lo que ya no puede con sus ingresos.

Visto como un “apalancamiento” para invertir en un negocio o crecer patrimonialmente, el crédito puede ser un excelente aliado, de hecho es sumamente prudente compartir el riesgo con un financista antes que asumir el 100% del mismo en solitario, según indicó Bock.

Sin embargo, al hablar de la financiación de bienes de consumo, es cuando hay que ser todavía más prudentes y cuidadosos, añade, y poner especial atención a la capacidad de pago y a los plazos del crédito con relación al tiempo de vida útil de dichos bienes.

«Se estima que el porcentaje máximo de endeudamiento recomendable para una persona está en torno al 30% de los ingresos. Al sobrepasar este límite ya se estaría entrando en el peligro del sobreendeudamiento», agregó Bock.

Pero, ¿hasta qué punto perjudican al usuario de créditos las empresas con sus prácticas invasivas? Si bien gran parte de la responsabilidad recae sobre el consumidor, pues es este quien finalmente toma las decisiones sin que nadie le obligue a hacerlo, la economista explica que no se puede negar que, para una persona que está en este círculo vicioso del consumismo y el sobreendeudamiento, este tipo de prácticas de ofrecimiento de créditos contribuyen a “echar más leña al fuego”.

«Necesitamos generar un cambio cultural que impacte en las próximas generaciones, comenzando por los hogares, y para esto es fundamental que el consumidor tome consciencia de qué le conviene y qué no, se eduque y adquiera nuevos criterios para tomar mejores decisiones. En definitiva a esto deberíamos apuntar como sociedad», finalizó.