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En materia de limpieza, parecería que nunca es demasiado, pero cuidado porque en el caso de la piel, los excesos pueden descompensar la estructura cutánea natural y volverse contraproducentes.
Por eso y como en todos los casos, recomendamos consultar con tu médico de confianza. Nosotros hablamos con la reconocida cosmiatra Inés Anganuzzi, quien cuida a varias artistas con las mejores pieles que se pueden ver en la pantalla. «Siempre que viene una paciente nueva le hago varias preguntas claves, fundamentalmente sobre medicación o tratamientos con hormonas que pueden ser los factores que más afecten a la piel. Desde ya que las sensibles siempre son las que se ven más afectadas.»
Y es aquí donde reside el por qué de esta nota. Porque antes de empezar es importante saber varios datos sobre nuestro tipo de piel, estilo de vida, alimentación, condiciones médicas o medicaciones que pueden modificar la forma en la que se debe tratar cada piel. Porque todas las pieles son diferentes y porque nuestros hábitos nos inclinan en una dirección u otra. Y principalmente, porque contamos con tanta información sobre nuevos y revolucionarios productos de belleza, que muchas veces llegamos a creer que si sumamos, nos veremos mejor. Y esto, no es necesariamente así.
Cómo es la limpieza de gabinete
Inés te recuesta en una camilla y mira tu piel con una lupa mientas comienzan las preguntas. Luego prepara la piel para la limpieza. A veces es necesario hidratar o descongestionar antes de empezar. Luego comienza con una exfoliación, a la que le sigue la renovación celular o un peeling suave, sin llegar al límite de la tolerancia de la piel para evitar descamaciones innecesarias. Y en la búsqueda de ese equilibrio se plantea el tratamiento con el objetivo de mejorar la malla cutánea. También para mejorar arrugas, marcas, manchas y el funcionamiento de la glándula sebácea. Todo depende de las necesidades de cada caso.
Así avanza el tratamiento y llega el momento de las extracciones, en la medida en la que tanto la piel como el paciente los aguante. Sabemos que es un tema controvertido, pero Inés sostiene que: «cuando se hacen extracciones en gabinete, con la piel preparada y por manos profesionales, no representan problema alguno. Yo creo que es fundamental limpiar los poros que están pidiendo ser vaciados y nunca forzar la piel. Trabajando en esto podés verlo con mucha claridad. Para mí es como sacar un velo de oscuridad de la cara. Eso sí, ¡nada de hacerse las cosmiatras en casa! »
Después de las extracciones viene la descongestión, en algunos casos con masajes y en otros no. Luego te deja una máscara descongestiva e hidratante durante veinte minutos. Y así llega el final del tratamiento que comprende cremas con protección solar y si es necesario, tapa granitos que deben permanecer tapados por dos horas para evitar infecciones.
Durante los próximos dos días, recomienda mucho cuidado. No apoyarte las manos en la piel, que es un hábito que todos tenemos y que hacemos de manera casi inconsciente mientras hablamos por teléfono o estamos en la computadora. Esto es muy importante porque en las manos siempre hay bacterias y debajo de las uñas también. Cuando la piel está sensible post limpieza es más susceptible de generar granitos si se la toquetea o se la rasca.
Al finalizar la limpieza y con un diagnóstico preciso, Inés te recomienda qué cremas te convienen según tu tipo de piel. Trabaja bastante con ácidos glicólico y mandélico que no son fotosensibles y podemos usar durante todo el año, los ácidos son muy hidratantes y sirven para afinar la piel y hacer que siga renovándose naturalmente todos los días.
Su recomendación es no hacer más de una limpieza al mes y si la piel está bien, cada dos meses. En el caso de las mujeres y sobre todo en una primera consulta, es un ciclo hormonal completo ya que resulta una buena forma de medir el estado real de la piel y cómo evolucionó. Respecto de los hombres siempre recomienda dejar pasar más tiempo, salvo en caso de pieles con granitos.
En la segunda sesión, te evalúa la piel y plantea el tratamiento más conveniente para los próximos seis a doce meses. Cuando la piel ya se encuentra equilibrada, se pueden espaciar más las limpiezas. Incluso una vez por estación.
Entonces atención, a buscar un profesional de confianza para poner nuestras caras en sus manos.
Lo más importante:
Realizar limpiezas profundas con un profesional.
No hacerlo más de una vez por mes.
No intentar hacerlas en casa.
No tocarse la cara, ni los granitos, ni los puntos negros.
No usar ácidos si no están indicados por un profesional.
Usar siempre protección solar 30.
Mantener una rutina de cuidados es un buen hábito que prolonga la salud y juventud de la piel.
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