Diario Financiero / Por Diario Financiero Online
La medicina homeopática es una próspera industria que factura miles de millones de dólares en todo el mundo, aunque la efectividad de sus tratamientos nunca ha sido suficientemente demostrada.
Su origen se remonta al siglo XVIII, cuando el medico alemán Samuel Hahnemann teorizó que consumir dósis extremadamente diluidas de un elemento que provoca una enfermedad puede ayudar también a curarla.
Pero la práctica sufrió ahora un duro golpe, luego de que este viernes, el Sistema Nacional de Salud (NHS, su sigla en inglés) de Inglaterra, la incluyera en un extenso reporte sobre tratamientos no autorizados para los médicos de ese país.
En la práctica, eso significa que los pacientes británicos no podrán seguir recibiendo aportes estatales para comprar este tipo de productos.
Hasta ahora, el NHS gastaba 92.412 libras (más de US$ 120.400) al año en recetas para medicina homeopática, según el mismo informe. Sus autores fundamentaron su decision en «la falta de evidencia robusta sobre su efectividad clínica».
Un desperdicio de recursos Hace dos años, el investigador australiano Paul Glasziou analizó cerca de 200 estudios científicos sobre este tipo de tratamientos para 68 enfermedades, desde la artritis hasta el SIDA. Su conclusión fue que la homeopatía «no tiene efectos discernibles» en ninguna de esas condiciones.
Simon Stevens, director ejecutivo del NHS, asegura que «en el mejor de los casos», este tipo de medicina constituye un placebo y calificó la entrega de subsidios para las recetas como «un desperdicio de los escasos fondos del NHS que podrían ser mejor destinados a tratamientos que sí funcionan», según declaraciones citadas por Business Insider.