El Observador /
La palabra «fantasía» se define como un grado superior de la imaginación, una ficción o una representación idealizada de lo real. Es, además, la denominación en el mundo de la estética capilar de los colores alejados de los aparentemente naturales. Recientemente, las tendencias de la moda internacional hicieron que el pelo de color fantasía pasara de ser contestatario a fashion, y de ser una idea o deseo a convertirse en algo real.
Si bien la tendencia a nivel mundial comenzó hace más de dos años, las redes sociales como Instagram o Pinterest diseminaron el gusto por la coloración capilar más extravagante. La reacción de cada vez más profesionales locales que se animan y saben cómo lograrlo consiguió que más cabezas se enciendan en una sociedad que se autodenomina «gris».
«Hay toda una diversidad de colores que antes no llegaban a Uruguay», dijo Alejandra Delgado de la Peluquería Vip Harmony, uno de los lugares que se especializa en hacer mezclas y degradés -conocidos como balayage- con colores fantasía. «Como profesional, cuando antes me pedían intentaba evitar esos trabajos porque no tenía un producto con el que supiera que siempre iba a conseguir el color deseado», agregó.
Morgana 2 P. Albarenga
Tanto en la cultura punk como en la grunge y electrónica, los colores fantasía eran parte del look contestatario y alternativo. Pero como se escuchó una y mil veces en la moda: todo vuelve.
La paleta de tonos propios de aquellos jóvenes era más encendida. Según Leo Méndez, propietario de la peluquería Cromo, ahora los tonos más pedidos son los pastel. «Como no son tan fuertes, la gente se anima más a usarlos. Obviamente que en Uruguay cuesta un poco, pero las chicas de 17 a 28 se están animando».
Según los especialistas consultados por El Observador, los colores más pedidos son el rosado, violeta y azul, mientras que la moda internacional marca el gris como la última tendencia.
Este tipo de tonos se está volviendo algo usual. «Conozco gente que ya no se lo hace porque muchos lo usan», afirmó Méndez, y explicó que quienes se tiñen de estos colores muchas veces buscan lograr algo único.
$3.000 es el precio mínimo aproximado de una decoloración, tratamiento y coloración fantasía en las puntas, y puede durar tan poco como dos semanas dependiendo de cada caso. Un procedimiento casero con decolorante y tinta puede costar alrededor de $ 500. Coraje y estilo «¡Pa!, ¿qué te hiciste en la cabeza? Estás reloco», expresa el propietario de Cromo sobre algunas reacciones a los colores fantasía. «A veces, gente mayor más que nada, asocia los colores con la locura», explicó.
Pero, de a poco, a Uruguay está llegando la tendencia de la coloración capilar como el nuevo maquillaje, afirmó Delgado.
«Tal vez en otros países tienen más posibilidades de poder utilizar estos colores en cualquier trabajo; antes no habían personas tatuadas y ahora se aceptan totalmente», comparó. «Vamos camino a que se acepte un color de pelo diferente», agregó con optimismo.
La imagen de los clientes en su trabajo es un tema que se repite en los diálogos sobre esta moda. «Quienes se lo hacen son muy jóvenes, que todavía no trabajan, o personas del rubro artístico», dijo Sofía Ramírez, de Evasión Estilista, sobre las clientas que piden estas coloraciones, que recientemente decidió teñirse primero de violeta y luego de rosado con tonalidades.
En tanto, Méndez asegura que muchas clientas solamente se animan a teñirse cuando se toman vacaciones, como por ejemplo una médica que se tiñó de turquesa antes de viajar a Europa. «Pero cuando se fue ya tenía la hora para taparse el color cuando volviera», recordó el peluquero.
Además de teñirse, primero hay que animarse a la decoloración, porque la mayoría de estos looks se logran llevando primero el cabello casi a blanco.
Mayoritariamente, las peluquerías testean previamente el pelo para ver qué tan sano está, y los clientes deben hacerse tratamientos de hidratación y varios cuidados luego de pasar por el centro estético.
Así como hay emprendedores locales que ven crecer la demanda de las tinturas capilares fantasía (ver Emprendedora) la oferta se diversifica. «A medida que la gente se va animando más, van llegando más productos», aseguró Ramírez.
Al mismo tiempo caen prejuicios y la gente quiere vivir sin preocuparse del que dirán. «No te digo que todo el mundo lo vaya a usar, pero que cada tanto veas un color en la calle te da alegría. Es como ver un jardín con flores», concluyó.
Natalia Ferrero – Cantante de Mano Arriba Mano Arriba C. DOS SANTOS
La cantante de una de las bandas de cumbia pop del momento, Mano Arriba, comenzó en mayo a teñirse las puntas de colores pastel para el videoclip Lo que pasa en la noche. «Al principio no me animé a mucho», contó Natalia Ferrero (33 años), quien aseguró que veía en la peluquería que otras mujeres se lo hacían y sintió ganas de probar.
«Ahora estoy en una época de mi vida en la que puedo hacerlo», dijo la cantante. Durante siete años trabajó en la oficina comercial de una empresa de ropa donde «tenía que ser más lo que los otros esperaban que fuera», recordó.
La semana pasada dio un paso más y pidió en la peluquería que intensificaran su tono hacia un fucsia eléctrico. La razón fue que iban a tocar en el programa televisivo Combate de canal 9 de Argentina y quería que se notara un cambio.
Ferrero afirmó que la música le permite expresarse y eso lo asocia con su pelo color fantasía. «Por superficial que parezca, para mí es una liberación porque antes no me animaba a hacerlo», afirmó. Por el momento la cantante no descarta ningún color para el futuro y quiere seguir probando. «No lo pude hacer por mucho tiempo y ahora me estoy sacando las ganas», concluyó.
Daniela Montes de Oca – Fotógrafa independiente violet C. Sarasola
La fotógrafa Daniela Montes de Oca (30 años) comenzó a teñirse de violeta en enero de este año. «Sentía que podía ser un cambio positivo, ser un poco más yo», pensó. Se inspiró en otra gente que tiene el pelo con colores fantasía porque asegura que se ven auténticos. «Al principio tenía un poco de miedo porque viste que en el trabajo te pueden ver mal y como uno es independiente, puede jugar en contra», contó Montes de Oca y aseguró que terminó siendo todo lo contrario.
La fotógrafa dijo que eligió el violeta por considerar que es el color del equilibrio, y reconoció que la paran en la calle a pedirle para tocar su pelo. «Parece un algodón de azúcar, dicen. Y eso que a veces es gente mayor «, aseguró.
Se tiñe en su casa con una mezcla de violeta de genciana y acondicionador, con la ayuda de un amigo que sabe cómo decolorar. Le hace retoques al color cada semana y lo cuida con queratina y aceite de coco. «Queda bastante seco. Todo tiene un precio», contó.
Luisa Etchevarren – Practicante de medicina Luisa C. DOS SANTOS
Luisa Etchevarren (55 años) irradia un estilo propio con tatuajes y un color rosa oscuro en su cabeza. Trabaja como practicante de medicina en una mutualista, por lo que el look se completa con una túnica blanca que decora con pins.
Antes de teñirse se dejaba las canas. «Estaba contenta con mis canas. Pero mis hijas me dijeron: ‘Mamá, hacete algo’. Y así empecé», contó. Hace aproximadamente un año y medio fue a la peluquería buscando un cambio y le preguntaron: ¿Te animás a un color fantasía? «Me fascinó la idea», recordó.
Etchevarren trata con pacientes a diario pero asegura que su color de pelo no afecta su profesión. «La mayoría dice que es diferente y que me queda bien. Por los que han hablado conmigo, las críticas siempre fueron buenas», aseguró.
La trabajadora de la salud contó que la han parado en el ómnibus. «Unas muchachas me dijeron: ‘Te lo tengo que decir, me encanta el color de pelo que tenés».
Erika Martínez – Funcionaria pública y fotógrafa azul C. DOS SANTOS
«La vida es muy aburrida como para quedarse con los colores básicos», dijo Erika Martínez (35 años), quien luce un pelo azul intenso. Hace aproximadamente un año y medio comenzó tiñéndose mechones de rojo furioso y luego fucsia. «Me veía y me sentía sin gracia», recordó. Rápidamente pasó a teñir de colores su cabellera completa.
No va a la peluquería sino que se tiñe junto a sus amigas. «Todas tenemos la cabeza multicolor», dijo.
En su trabajo como administrativa en el Ministerio de Vivienda solamente recogió comentarios de sorpresa por los colores con los que experimenta y no afectó en nada su labor. «Es muy vos», le dicen. En cambio, en su otro trabajo -como fotógrafa- toma sus precauciones. A veces cuando va a entrevistar a una pareja de novios, potenciales clientes, se recoge el pelo. «Cosa que no sea tan chocante la experiencia, porque capaz que no les pinta que la fotógrafa tenga el pelo azul», razonó.
Emprendedora del color Morgana 1 P. Albarenga
«Me encantaría que no se juzgue a las personas por su look», dijo Mariam Garaza, de 25 años y propietaria de Morgana, una línea de tintas fantasía artesanales no testeadas en animales. Hace dos años y medio comenzó a elaborar una tinta azul para teñirse su pelo, porque no encontraba en el mercado. Luego se largó a producir y creció en el boca a boca. A raíz de un crecimiento en la demanda, ahora ofrece más de 10 colores, provee a peluquerías y exporta a Argentina y Brasil.
El color en las redes
Arcoiris
La bloggera uruguaya Abiana Sosa tiene casi 48.000 seguidores en su cuenta de Facebook Abitips donde comparte fotos y tips sobre las tintas fantasía con fotos propias o tomadas de otras redes como Pinterest o Instagram.