La Razon /
De acuerdo con estimaciones del Instituto Nacional de Oftalmología (INO), siete de cada diez personas mayores de 18 años utiliza lentes de baja o alta visión en el país, mal que también afecta a cuatro de cada diez niños y adolescentes. Estos elevados porcentajes deberían llamar la atención de las autoridades de salud en particular y de la población en general, máxime si se toma en cuenta que en los países vecinos en promedio solamente el 20% de los niños y adolescentes necesitan utilizar anteojos, según datos de la OPS.
Para los especialistas del Instituto Nacional de Oftalmología, la radiación solar, la altura y el clima seco típicos de la región andina explican, en cierta medida, este elevado porcentaje. Sin embargo, detrás de este fenómeno también se encuentran los nuevos (malos) hábitos relacionados con el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación y la información, y a edades cada vez más tempranas.
De allí la necesidad de implementar campañas educativas que informen a los niños y a los padres de familia sobre los impactos que conlleva el pasar mucho tiempo detrás de la televisión, computadoras, tabletas y teléfonos inteligentes, y no solamente en la salud, sino también en el rendimiento escolar.