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La palabra «toxina» viene del griego y significa «veneno». Una toxina es un veneno producido por organismos vivos. La toxina es una sustancia venenosa, especialmente una proteína que es producida por células u organismos vivos y es capaz de causar enfermedades cuando se introduce en los tejidos.
A menudo son capaces de neutralizar antibióticos y medicamentos antitoxinas.
Se estima que hay en el mundo más de 100 mil productos químicos en uso comercial por las grandes empresas que producen con ellos alimentos, medicamentos, artículos para limpieza del hogar, productos de aseo y belleza, alimentos para bebés y mascotas, insecticidas caseros, venenos para el jardín, etc.
Lo triste es que alrededor de 56 mil sustancias químicas que consumimos o usamos a diario no han sido aún analizadas por ningún laboratorio de EU (o de México), para detectar su peligrosidad en el cuerpo humano. Por ello cada vez es más difícil, si no imposible, evitar ingerir o exponerse a sustancias tóxicas en alimentos y medicinas.
El Environmental Working Group «encontró un promedio de 200 químicos industriales y contaminantes en la sangre del cordón umbilical de bebés nacidos en 2004 en hospitales de EU». El ser humano está expuesto a toxinas incluso antes de nacer.
Una acumulación de toxinas en el cuerpo puede afectar de inmediato la salud física y mental. Las toxinas pueden causar o contribuir a fatiga crónica, olor corporal, insomnio, sensibilidad alimenticia o química y dolores de cabeza. Si sufres tales síntomas y tu médico no puede encontrar una causa, las toxinas pueden ser un factor.
Debido a que las toxinas son sustancias intrusas, pueden provocar una respuesta inflamatoria cuando el cuerpo trata de luchar con ellas. La inflamación está implicada en el desarrollo de condiciones tales como enfermedad cardíaca, Alzheimer, psoriasis, asma, artritis, entre otras.
El tracto gastrointestinal proporciona una de varias vías de eliminación de toxinas. Los problemas gastrointestinales pueden causar y resultar de las toxinas.
Las personas con una carga tóxica pesada pueden experimentar mala digestión, estreñimiento, úlceras, hemorroides y diverticulitis.
La piel es otro medio de eliminación de toxinas. Reacciones de la piel como acné, eczema y psoriasis son comunes en aquellos que tienen cantidades excesivas de toxinas en sus cuerpos.
La capacidad cognitiva resulta de una sobrecarga tóxica sistémica. Pérdida de memoria y cambios de humor pueden ocurrir debido a la sobrecarga tóxica. A veces se observan síntomas que mimetizan la demencia, incluso en adultos jóvenes, en aquellos con toxicidad de metales pesados.
Fuentes: «Livestrong» y FDA.
Twitter: Salvador G.Lignan