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Dicen que «madre hay una sola» pero, aunque esto sea cierto, no hay que subestimar la labor de un padre. Su figura es clave para la formación de los valores de los hijos e influirá en el comportamiento que los niños puedan considerar como aceptable o no para la sociedad, de acuerdo con el especialista en piscología familiar del Hospital Clínica Caracas, Carlos Bruzual. Por ello, es importante que el padre se involucre en cada momento de la vida de sus retoños. Incluso, desde antes de su nacimiento. Esto es algo que Omar Ruiz parecía tener claro desde un principio.
«La noticia del embarazo de mi esposa nos tomó por sorpresa a los dos. En aquel momento solo éramos novios y era algo que no teníamos planificado. Pero, lo primero que hice fue poner una sonrisa en mi cara para mostrarle a ella una actitud positiva», relata. Su actitud, añade, respondió al hecho de que sabía que «pasara lo que pasara» apoyaría a su pareja. Y así lo hizo. A sus 29 años de edad, Omar celebra este domingo su primer Día del Padre junto al pequeño Ángel. «Una vez decidimos seguir adelante, recuerdo que comencé a buscar guías en Internet sobre qué debía hacer durante el embarazo, hablé con mi papá, con mis tíos y amigos que ya tenían experiencia en el tema para que me aconsejaran», señala.
Estos concejos le dieron luces sobre qué debía hacer durante los próximos nueve meses. Afirma que lo principal es hacer sentir bien a su pareja, pues «pasará por cambios muy grandes. Y eso hay que entenderlo». Además, resalta que el apoyo que se da en cada visita al médico o en cada malestar es «esencial» durante el embarazo. «No me perdí ni una sola consulta con el ginecólogo ni una ecografía. Adaptábamos las citas a mi horario de trabajo para que yo pudiera estar presente». Llegó el día: ¿Ahora qué? Ya sea que se dio de forma espontánea o por que fue programado, la presencia de papá es muy importante durante el día del parto. «Cuando mi hija estaba a punto de nacer, mi esposa no quería que me despegara de ella», narra Sergio Velasco, de 31 años, quien este domingo celebra su cuarto Día del Padre junto a su hija Esmeralda. El nacimiento de su pequeña fue programado por la obstetra que atendía a su pareja. Algo que no le restó la intensidad a los nervios que sentía por la llegada de su retoño. «Nos dijeron la fecha una semana antes y pasé todos esos días súper ansioso, pero no podía demostrarle nada a mi esposa para que no se sintiera peor, porque ella también estaba muy nerviosa».
Su estrategia se basó en hacerse «el duro», haciéndole creer a su compañera que él no sentía temor porque sabía que todo saldría bien. «Aunque las piernas me temblaban cuando pensaba en ese momento». Pese a la ansiedad, Sergio se encargó de preparar las maletas para el viaje al hospital. Al menos seis o siete atuendos para la recién nacida, dos paquetes de pañales, un tetero, una lata de fórmula para bebé, dos o tres cambios de ropa para él y su esposa, toallas sanitarias, paños y una cámara fotográfica formaron parte del equipaje de la pareja. «Lo mejor es hacer, unos días antes, una lista con lo que sabes que vas a necesitar en ese momento, para que no quede nada por fuera cuando se esté preparando la maleta», recomienda. ¡Soy papá! ¿Y ahora qué hago? Tanto Sergio como Omar coinciden en que para disfrutar de la paternidad «hay que involucrarse al 100%». Incluso, ambos aseguran disfrutar de esos pequeños momentos que «antes sonaban terribles», como dar tetero o cambiar pañales. «No toda la tarea debe recaer sobre la mamá, porque los hijos son de los dos. Y aunque no es fácil, la práctica ayuda mucho a mejorar en esas labores. Además, así uno va creando una conexión con su hijo», dice Omar. Del mismo modo opina Sergio. Agrega que, aunque difícil, ser papá es una experiencia «gratificante» cuando se participa en la crianza del pequeño. «Si las tareas se dividen en pareja se puede llegar a hacer un mejor trabajo entre los dos y ayuda a forjar fuertes lazos familiares», concluye.
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