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Varios estudios han confirmado que el tomate puede contribuir de manera efectiva a prevenir el cáncer de próstata gracias a uno de sus principales componentes, el licopeno. Aparte, es considerado un alimento nutritivo y refrescante, con grandes beneficios terapéuticos.
El consumo de verduras siempre ha estado asociado a una vida saludable, contribuyendo a prevenir una gran cantidad de enfermedades y también aportando varios componentes nutricionales a la dieta diaria. Una de ellas es el tomate.
Varias investigaciones publicadas en sitios especializados en medicina han confirmado que el tomate es considerado como un arma eficaz para prevenir el cáncer de próstata en los hombres.
El Dr. César Cabañas, presidente de la Sociedad Paraguaya de Urología, en contacto con nuestra redacción confirmó que según un estudio realizado por científicos de la University of Portsmouth del Reino Unido y publicado en la revista British Journal of Nutrition, los tomates cocinados tienen la capacidad de reducir la velocidad del avance del cáncer de próstata e, inclusive, matar las células cancerígenas.
Otro estudio realizado años atrás por las universidades de Bristol, Cambridge y Oxford ha determinado que comer diez porciones de tomate a la semana (ya sea fresco, triturado, en cremas, salsas, etc.) reduce en un 18% el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Cabañas indicó que esto se debe a las propiedades que posee el licopeno, una sustancia que da el característico color rojo a los tomates y también un antioxidante que se fija en los tejidos de la próstata evitando la presencia de células malignas.
Los resultados de los anteriores estudios certifican que el licopeno entorpece el mecanismo por medio del cual las células cancerígenas se apropian de la sangre para promover su crecimiento, aseguró.
Ya sea crudo, frito, cocido, en salsa, en zumo o en un gazpacho, el tomate es un alimento nutritivo y refrescante, con grandes beneficios terapéuticos. Su consumo disminuye el factor de riesgo en enfermedades cardiovasculares, especialmente en las mujeres. Por su contenido en agua, también es útil para hidratar la piel y lograr un rejuvenecimiento.
«Los científicos están tratando de formar compuestos relacionados que sean más potentes y se usen como complementos dietéticos, pero hasta el momento una alimentación balanceada es más beneficiosa que la ingesta de complementos dietéticos», manifestó el doctor Cabañas respecto a si la buena alimentación podría influir en la prevención del cáncer de próstata.
Los alimentos ricos en lo que se conoce como «grasa buena» y que proporcionan Omega 3 y Omega 6, vitamina E y flavonoides, también contribuyen a la prevención de esta enfermedad. En ese sentido, refirió que los flavonoides se encuentran presentes principalmente en la soja, mientras que las demás sustancias pueden ser halladas en los aceites vegetales como el aceite de oliva.
Este especialista hizo una mención especial a los brotes de soja, chía y frutos secos (almendras, nueces, maníes, etc.), aparte de las variedades de peces como la sardina, la caballa, el atún y el salmón, como alimentos que podrían contribuir para esta causa.
Por último, el Dr. Cabañas recordó que para la prevención del cáncer de próstata es de fundamental importancia hacerse los controles de rutina, como el análisis del PSA (antígeno prostático específico) , además de una visita frecuente al urólogo, sobre todo aquellas personas que tengan 45 años en adelante o las que tienen antecedentes de cáncer en la familia.