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Pasar un tiempo prolongado bajo la influencia de los aparatos que utilizan luz LED, acelera la muerte de las células de la retina, que no poseen capacidad de regeneración.
Los efectos se traducen en fatiga visual y ojo seco, aumentando el riesgo de padecer Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE), una de las principales causas de ceguera a nivel mundial.
Una noticia que busca prender las alarmas sobre el uso que a diario le damos a nuestros dispositivos electrónicos, y es que, de acuerdo con la Fundación Telefónica de Movistar, revisamos la pantalla del celular 150 veces al día, sin contar la exposición a los computadores, tablets y televisores. Un borroso panorama El Vision Impact Institute de Essilor, afirma que «la creciente exposición a esta luz favorecerá la aparición de patologías visuales a medio plazo: la prevalencia de cataratas y degeneración macular asociada a la edad (DMAE) se multiplicará por 2 en los próximos 30 años».
Las personas que padecen DMAE perciben en su visión central una especie de mancha oscura que les dificulta o impide realizar actividades cotidianas, en las que ver bien de cerca es fundamental (como leer, cocinar o coser), razón por la cual va disminuyendo su independencia y autonomía.
Por lo general, la DMAE afecta a los ojos de forma asimétrica y, por ello, si la persona no se los tapa alternadamente, puede no ser consciente de que la padece.
«Además de la luz azul-violeta, hay que tener en cuenta otros factores de riesgo como la edad, que sigue siendo el principal y que ha incrementado como consecuencia del aumento de la esperanza de vida y el progresivo envejecimiento de la población», explica Nubia Bejarano, optómetra del Grupo Essilor.
El género también cuenta Los especialistas concluyen que otro factor para que se presente DMAE incluyen el género, pues es dos veces más frecuente en mujeres que en hombres. La hipertensión arterial y el consumo de tabaco, también aumenta el riesgo de pérdida visual en un 30 a 50%.
Falta educarse De acuerdo con las investigaciones adelantadas por Wakefield Research, el mayor problema con la luz azul-violeta nociva para los ojos, es la falta de educación y concientización.
Adicionalmente, la investigación concluye que muchos no saben si sus gafas ofrecen lo que ellos requieren para su visión y esto se extiende al desconocimiento sobre la protección para la luz azul-violeta. Únicamente 19% de los millennials y el 15% de los baby boomers entienden que el sol también es una fuente de este tipo de luz.
Las investigaciones recientes publicadas por The Vision Council refuerzan el alto uso de dispositivos digitales a través de generaciones: el 91% de las personas entre 18 y 39 años reporta utilizar los dispositivos electrónicos por más de dos horas y más de dos pantallas al mismo tiemo; y de 40 a 60 años, los utilizan en un 79%.
Hay soluciones en salud visual que siempre han utilizado tecnología para filtrar la luz azul nociva y bloquean el 100% de la radiación ultravioleta (UV). En interiores, los lentes filtran la luz azul dañina emitida por fuentes artificiales, tales como dispositivos digitales y luces LED. Al aire libre, los lentes se oscurecen para ayudar a proporcionar aún más protección contra la luz azul nociva, el brillo intenso y los rayos UV del sol.
Sin embargo, como lo determina la investigación lo que sigue en mora es el planteamiento de un programa educativo de parte de diversos sectores: gobierno, empleadores, salud, productores, que proporcionen comunicación clara sobre los riesgos e incentiven planes de acción.
¿Cómo cuidarse?
Para reducir los efectos de la luz azul-violeta nociva presente en la iluminación LED, los dispositivos electrónicos e incluso el sol, el Vision Impact Institute recomienda: – Forzar el parpadeo. Cuando se está mirado a una pantalla, el parpadeo involuntario se reduce, pasando de 18 a 3 parpadeos por minuto.
– Proteger los ojos con lentes que filtran los rayos perjudiciales de luz azul-violeta nociva. Los lentes Eyezen y algunos lentes Crizal cuentan con tecnologías que bloquean la luz azul nociva emitida por los dispositivos electrónicos reduciendo el índice de muerte celular en la retina en un 25%.
– Incluir frutas y verduras en la dieta, sobre todo aquellas que son ricas en luteína (kiwi, uvas rojas, calabacín), son importantes para ayudar a la mácula a absorber la luz azul.