¿Cómo se hace una dieta personalizada?

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Las dietas personalizadas tienen en cuenta el aporte calórico dependiendo del objetivo de la dieta. Hipocalórico si es para pérdida de peso o hipercalóricos, para otros objetivos. Primero, se valora el objetivo de peso, en segundo lugar, se analiza la calidad de los alimentos con prioridad y, en tercer lugar, los componentes alimentarios específicos.

En general, «la dieta individual es independiente de si la persona tiene que perder más o menos kilos», indica Franco Sánchez-Franco, especialista en Endocrinología del Hospital Nuestra Señora del Rosario, en Madrid.

Un condicionante a la hora de diseñar una dieta es que sea apetecible. «De otra forma no será duradera y, por tanto, no se conseguirá el objetivo a largo plazo», afirma el experto. La satisfacción se debe basar en puntos de exquisitez y nunca de cantidad de alimentos.

Por ello, hay que analizar los gustos de cada persona y, basándose en unos hábitos de alimentación equilibrada, variada y saludable, diseñar la dieta.

Sin prohibir alimentos

Otro requisito es que no se establezcan prohibiciones de alimentos. «Es mejor basar la dieta en alimentos o grupos de alimentos prioritarios y esporádicamente añadir todos. Por eso, la dieta se fundamenta en grupos prioritarios de alimentos, no en alimentos concretos, ni en un peso determinado».

Puede darse que a la persona no le guste demasiado la fruta y la verdura. En este sentido, Sánchez-Franco señala que «no se debe considerar como natural el rechazo total de grupos de alimentos como frutas y verduras. Dentro de cada grupo debe seleccionarse aquellos que mejor se toleren y más apetecible resulten».

Además, debe considerarse la posibilidad de jugar con la forma de cocinar los alimentos no prioritarios y condimentarlos para que sean más apetecibles. Por tanto, «la variedad y el sabor son la base de una dieta que contenga alimentos que inicialmente no sean prioritarios», señala el especialista.

Cómo debe ser el seguimiento

Cuando un endocrino diseña una dieta personalizada a su paciente, conviene llevar un seguimiento de los avances. «Se han probado formas diferentes, incluyendo la comunicación telefónica, por internet, el envío de mensajes y, por supuesto, la presencia física. Sin duda la presencia física es la estrategia más eficaz, pero tiene una exigencia de tiempo difícil de cumplir. Por tanto, todos intentamos adaptar o equilibrar la frecuencia de seguimiento», señala el experto.

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Por Confirmado: MariGonz