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Con los muslos: es la parte más jugosa de esta ave y tiene un sabor intenso, que puede realzarse con hierbas aromáticas como romero o tomillo.
Se debe tener en cuenta que, por su firmeza, necesita mayor tiempo de cocción a comparación de la pechuga.
Pruebe prepararlas al horno con solo un chorro de limón, o con aderezo anticuchero para lograr las mejores brochetas.
Con la pechuga: tiene un bajo nivel calórico y es un producto recurrente en la preparación de platos.
Para evitar que esté seca, se recomienda marinarla con leche o yogurt junto a especias unas horas antes de prepararla. Además, su tamaño permite que puedan estar rellenas: un corte horizontal en uno de sus lados, agregar queso, tomate, guindones, aceitunas o lo que uno guste, se cierra con mondadientes, a la sartén y listo.
Con las alitas: están compuestas de tres secciones o partes. Se recomienda utilizar las dos primeras, más cercanas a la pechuga, en la preparación de platos o piqueos; y la tercera o la punta en caldos para darle mayor gusto. Son buenos aperitivos para reuniones y se pueden acompañar con papas, ensalada o arroz.
Con la menudencia: es esencial para toda buena sopa. Tiene un enorme potencial en la cocina y es la parte que menos cuesta. Renato Perlata destaca a la molleja, ya que, por su textura y sabor, puede sustituir a la carne de res en algunos platos, como la «molleja saltada» o el arroz tapado.
Con la carcasa: tiene un importante valor culinario, pues es capaz de darle un toque especial y un sabor más intenso a los caldos. Si estos se complementan con verduras, arroz y papas, puede convertirse en un plato completo y nutritivo. Es fácil encontrarla en todo buen mercado a un precio realmente económico.