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La autoestima depende, en gran medida, de la forma en la que fuiste aceptado, tratado y querido durante los primeros años de tu infancia.
Si creciste escuchando frases descalificadoras como: «No eres capaz», «No sirves para nada», «Te van a dejar», «No vas a conseguir un buen trabajo», «Siempre vas a ser un fracasado», «Tus amigos o primos son mejores que tú», «Siempre estás metiendo la pata», «Nadie te va a querer», seguramente, tendrás una autoestima debilitada, que te impedirá tener confianza, establecer límites, atreverte a decir que no cuando sea necesario, expresar lo que piensas, pedir ayuda, y, más bien, te colocará en la situación de aguantar y resistir momentos, relaciones o circunstancias difíciles e injustas, creyendo que no serás capaz de superarlas, o que, simplemente, no mereces algo mejor.
Y es que este tipo de mensajes negativos terminan convenciéndote de que no tienes talento, belleza, inteligencia, capacidad, simpatía, voluntad, generosidad o valor para construir y tener una vida buena. Con la repetición de ellos, la mayoría de las personas se sienten condenadas al fracaso, a tener trabajos que no les gustan, a mantener relaciones con parejas tóxicas o amistades que no les convienen. En fin, a tener una vida llena de insatisfacción y frustración.
La buena noticia es que tú puedes pasar la página para dejar atrás la afectación que te produjeron las situaciones difíciles que viviste, sanar tus heridas y llenar tus vacíos afectivos, ganar autonomía para cortar el cordón emocional que te ha mantenido atado a esas figuras de afecto y autoridad que tanto daño te causaron con sus comentarios, actitudes y comportamientos, perdonarlas, fortalecer tu estima, crear una nueva y mejor imagen de ti, aprender de las experiencias pasadas, tomar decisiones y convertirlas en acciones concretas que te den la oportunidad de comenzar una nueva etapa en tu vida.
¡Atrévete a ser tú mismo! Vence la necesidad que tienes de buscar la aprobación, la aceptación, la compañía y el reconocimiento de otras personas, pensando que de esa manera serás feliz, porque si no lo haces, quedarás atrapado en un ciclo de expectativa, frustración, vacío, tristeza y resentimiento.
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