El Observador / Melissa Clark / New York Times News Service
Hace unos años, las zanahorias eran como el apio y las cebollas, parte de muchos platos pero rara vez la estrella. Quizá se les podía ver como un plato adicional, con manteca o glaseadas, o en puré en una sopa. Luego, un día, las zanahorias tradicionales asadas de varios colores empezaron a aparecer en restaurantes elegantes como aperitivo, o incluso como plato principal.
Las raíces habían llegado, ganándose un lugar en el panteón de los productos que llegan directo de la granja a la mesa al lado de la coliflor asada y los repollitos de Bruselas crujientes.
Estoy totalmente a favor de esto, porque asar es una de mis formas favoritas de cocinar una zanahoria. Los jugos dulces se condensan con el calor alto del horno, volviéndose amielados y dorados. La pulpa se afloja, las puntas se chamuscan. Son maravillosas si se les come recién salidas del horno, e igual de buenas cuando se les deja enfriar a temperatura ambiente, lo que las hace tan convenientes como tentadoras.
En esta receta extremadamente maravillosa, las zanahorias dan peso a una ensalada brillante y herbal impregnada de hinojo en rebanadas delgadas. La rúcula y el hinojo le dan una sensación crujiente; las zanahorias su rica suavidad. Y un aderezo realzado con jarabe de granada agridulce eleva todos los elementos, conjuntándolos.
Sobre el jarabe de granada: si no tiene una botella, quizá el resto de alguna pasada receta, ahora es buen momento para conseguirla. Una botella se conservará para siempre en la despensa y estará a mano siempre que quiera añadir dulzura y sabor fuerte de manera rápida. O trate de preparar la suya hirviendo a fuego lento jugo de granada con un poco de azúcar y jugo de limón hasta que tome la consistencia deseada.
Habitualmente la ocupo cuando quiero darle a un aderezo para ensaladas un toque de dulzura pero cuando la miel sería demasiado dulce. Con su alto nivel de acidez, el jarabe de granada nunca es empalagoso.
También es maravilloso rociada sobre platos de granos, carnes asadas a la parrilla y casi cualquier verdura recién salida del horno.
Para realzar el sabor de la granada en esta ensalada, añado granos de granada como un acompañamiento jugoso.
Cuando sirvo esto como ensalada, los acompañamientos terminan ahí. Pero para transformarlo en un plato principal ligero, lo complemento con yogur natural y nueces para añadir algo crujiente. Las maravillosas zanahorias asadas no necesitan nada más que eso para brillar.
Ensalada de zanahorias asadas con rúcula y granada (4 porciones)
Ingredientes:
½ kilo de zanahoria, peladas y cortadas en trozos de 5 cm de largo
¼ cdta. de sal
1/8 cdta. de pimienta negra molida
¼ de taza más dos cucharadas de aceite de oliva
¼ zanahoria hervida en cubos
½ cdta. de comino molido
1 cda. de jarabe de granada
½ cucharada de jugo de limón
1 diente de ajo
½ cdta. de mostaza de Dijon
90 gramos de rúcula
1 bulbo de hinojo
¼ taza de hojas de eneldo o menta frescas Granos de granada
Preparación
1. Caliente el horno a 220 grados. Espolvoree las zanahorias con sal, pimienta y rocíeles dos cucharadas de aceite sobre una fuente con borde, y hornee hasta que las orillas estén caramelizadas y las zanahorias tiernas, de 28 a 33 minutos. Retire del horno y de inmediato espolvoree con comino. Deje enfriar por unos minutos mientras prepara el aderezo.
2. En un tazón grande, mezcle el jarabe de granada, el jugo de limón, el ajo, la mostaza y una gran pizca de sal y pimienta. Pruebe y ajuste el jugo de limón y los sazonadores si es necesario. Agregue revolviendo ¼ de taza de aceite hasta que se emulsione.
3. Agregue revolviendo las zanahorias al aderezo, luego con cuidado agregue la rúcula, el hinojo y el eneldo o la menta. Sirva de inmediato, rociando con más aceite de oliva y cubriendo con granos de granada.