Confirmado / En la actualidad se ha incrementado el uso de endulzantes artificiales bajo la creencia de disfrutar un delicioso sabor sin culpas, pero ¿sabemos realmente lo que consumimos?
Existe una gran variedad de edulcorantes en el mercado, la mayoría son sintéticos y tienen efectos secundarios que desconocemos. Además algunos de los fabricantes, de acuerdo a la Revista del Consumidor, no reportan en sus etiquetas todos los ingredientes que contiene su fórmula o tienen combinaciones que las hacen inadecuadas para todos los consumidores, especialmente las personas con diabetes que deben poner especial atención en los productos que consumen.
Los endulzantes más comunes en la industria de alimentos y bebidas son:
Sucralosa. Esta sustancia es 600 veces más dulce que la azúcar y generalmente se encuentra en gomas de mascar, postres, lácteos, congelados, jugos, refrescos y gelatinas. Su origen es la azúcar común que por medio de un proceso químico se le añade una molécula de cloro y el resultado es la sucralosa. Es importante resaltar que no es baja en calorías, sino que el metabolismo es incapaz de absorberla y al tratarse de algo sintético tampoco la elimina fácilmente además se relaciona con el aumento de peso.
De acuerdo con un estudio publicado por Journal of Toxicology and Environmental Health, se encontró que reduce hasta en un 50% las bacterias intestinales buenas teniendo como principal consecuencia comprometer la salud intestinal y hacer más susceptibles, a quiénes la consumen habitualmente, a microorganismos hostiles.
En algunos casos también produce reacciones adversas como dolores de cabeza, mareos, convulsiones y reacciones alérgicas. Además de acuerdo a la Revista del Consumidor de enero de 2015, no eleva los niveles de glucosa en sangre, pero debe consumirse con responsabilidad.
Sacarina. Es uno de los edulcorantes sintéticos más antiguos, fue descubierta en 1879 y en la industria alimentaria se le conoce con las siglas E954. Es 300 veces más dulce que la azúcar común y se ha consumido en grandes cantidades en el mundo por más de cien años, y actualmente se sigue utilizando. Aunque parezca extraño, su regusto original es amargo, mismo que se oculta empleando químicos y se sintetiza a partir del tolueno u otros derivados del petróleo. Una característica importante es que a diferencia de la sucralosa, no reacciona en ph ácido ni a cambios de temperatura.
Entre los alimentos que la contienen destacan los yogures, mermeladas, frutas en conserva, goma de mascar, productos farmacéuticos, de higiene bucal, alimentos horneados y aderezos. Dentro de los efectos secundarios que se pueden presentar si se consume altas dosis se encuentran: aumento de peso, dolores de cabeza, diarrea y erupciones en la piel. Se recomienda no ingerir más de 5mg/kg de peso corporal.
Aspartame. Es tal vez el más controvertido, se trata de una neurotoxina compuesta por ácido aspártico, fenilalanina y metanol. La suma de sus componentes lo hace exponencialmente más tóxico. Un estudio publicado en la revista Apetite en el año 2013, demuestra que en comparación con el azúcar, el aspartame promueve el aumento de peso, el efecto contrario a lo esperado. Otra investigación del Yale Journal of Biology and Medicine (YJBM) encontró que el aspartame altera la producción natural de hormonas, aumenta el apetito y los antojos de azúcar y carbohidratos.
Asimismo, el aspartame está compuesto aproximadamente por un 40% de ácido aspártico, un aminoácido que de forma libre que puede causar daño celular neuronal e incluso la muerte celular, lo que puede llevar a un daño cerebral grave. En casos extremos, la exposición al ácido aspártico puede causar condiciones neurológicas como la epilepsia y Alzheimer. Sin olvidar que el aspartame también afecta la sensibilidad a la insulina.
De esta forma, contrario a la creencia popular, los estudios científicos han demostrado que los endulzantes artificiales «bajos en calorías» ocasionan un mayor aumento de peso e importantes efectos adversos, por lo que Stevia Super Life te invita a hacer una elección informada y leer detenidamente los ingredientes de los productos que consumimos.
Andrea Bouchot
Eme de Mujer