La Nacion / ¿Has sentido alguna vez una incontrolable necesidad de estar moviendo las piernas? , ¿le ocurre principalmente en situación de reposo? Si su respuesta es afirmativa probablemente sufra el síndrome de piernas inquietas , un problema que presentan más de dos millones de adultos en Chile.
Fernando Schifferli , neurólogo de la Clínica Somno Medicina del Sueño , explica que la alteración es «un trastorno del movimiento que se caracteriza por sensaciones desagradables localizadas en extremidades inferiores que llevan a la imperiosa necesidad de moverlas, ocurren en reposo y mayoritariamente en la noche. Perturba frecuentemente la calidad del sueño al retardar su conciliación e interrumpirlo frecuentemente, amaneciendo cansado y provocando alteraciones diurnas como descontrol emocional y somnolencia diurna». Las causas precisas sobre este síndrome aún no se encuentran aclaradas, pero si se sabe que es un trastorno del Sistema Nervioso Central (SNC) con alteración funcional de la neurotransmisión de la dopamina, hormona encargada de la regulación de los movimientos e impulsos.
Por ello se podría explicar por un sobre aumento de la producción de esta hormona. Sin embargo, esta teoría aún no está comprobada.
COMPONENTE HEREDITARIO El especialista explica que «existe un componente hereditario enn un 30% a un 50% de las personas» que desarrollan el problema.
También se asocia a un nivel bajo de ferritina en el organismo , a factores inmunológicos y a trastornos de raíces nerviosas. El neurólogo remarca que con los niños se debe poner especial cuidado al detectar este síndrome, ya que muchas veces es confundido como déficit atencional.
«A los niños se les puede identificar porque se destapan desde pequeños, se levantan en la noche, retardan el acostarse, alteran las conductas que favorecen el sueño; tomando el celular o el computador y amanecen irritables; además, presentan un déficit atencional importante y trastornos conductuales que muchas veces son diagnosticados erróneamente por los padres, profesores y profesionales».
EXAMEN Para poder determinar este síndrome es necesario realizarse un examen de polisomnografía, en el cual se pueden descartar los distintos trastornos del sueño. El tratamiento puede significar la administración de medicamentos o un cambio en los hábitos de alimentación y forma de vida, dependiendo de la gravedad del caso. «En ocasiones este síndrome puede ser un factor de gran problema, tanto para niños que son tratados por sus trastornos conductuales y no por el síndrome; y para los adultos ya que tiene riesgos de excesiva somnolencia diurna, accidentes, aumento de hipertensión arterial y otros problemas», remarcó Schifferli.