El Observador / De acuerdo con dos nuevos estudios, realizados por científicos del King’s College de Londres y publicados en el Manual de procedimientos de la Nutrition Society del Reino Unido, dieron cuenta de que no solo es importante prestar atención a lo que se come sino también cuándo se come. En este sentido la problemática aparece cuando se pasan por alto comidas como el desayuno o se llevan en un horario irregular. Obesidad, presión arterial y diabetes del tipo 2, son tres de las consecuencias probadas de una forma de alimentación con horarios irregulares sin importar cuántas calorías se consumen.
Uno de las investigaciones ahonda en los patrones de comida. El estudio muestra un claro vínculo entre el hecho de consumir alimentos con mayor componente calórico en la tarde y la obesidad. Por otro lado, otro documento llega a la conclusión de que la gente que suele hacer seis comidas al día tiene mejores niveles de colesterol e insulina en sangre que aquellos que hacen menos ingestas.
«Descubrimos que los adultos que consumen calorías durante comidas regulares -en momentos similares de un día hacia el otro- son menos obesos que las personas que hacen ingestas irregulares, sin importar que consuman más calorías en promedio», dijo Gerda Pot, del Departamento de Diabetes y Ciencias Nutricionales del King’s College.
Estos estudios forman parte de un campo de investigación cada vez más desarrollado en la nutrición llamado crononutrición, que explica el vínculo entre el metabolismo y los rítmos circadianos. Varios procesos metabólicos en el cuerpo, como el apetito, la digestión y los metabolismos de las grasas, el colesterol y la glucosa siguen patrones que se repiten durante 24 horas, según explicó Pot. «Comer de manera inconstante puede afectar nuestro reloj interno», dijo la investigadora y añadió: «Y las consecuencias pueden ser más graves que solo el aumento de peso».
A pesar que se ha avanzado bastante en el tema de la crononutrición aún no se puede ponderar el impacto de las alteraciones a nivel general al largo plazo. Gerda Pot manifestó: «Sería de gran interés entender completamente cuánto impacto tiene en los riesgos de obesidad nuestro rítmo circadiano».