El Comercio / Un nuevo trastorno alimenticio amenaza con sumar nuevas víctimas . Se trata de la pregorexia , que ataca a mujeres embarazadas .Consiste en ingerir mínimas cantidades de alimento y sumar varias horas de ejercicio por temor a engordar durante la gestación.
Aunque en Ecuador no existe un registro de la cantidad de mujeres afectadas por ese trastorno -pues su nombre recién empieza a sonar en América del Sur-, un estudio de la University College de Londres asegura que una de cada 14 británicas lidia con trastornos alimentarios en su embarazo. En países nórdicos, la pregorexia ha aumentado en un 30% en los últimos cinco años.
El aumento de estos casos, según la nutricionista Andrea Borja, se relaciona con estereotipos impuestos por el mercado. Una muestra de eso se visibilizó en días pasados cuando la modelo Chontel Dunca colgó en su cuenta de Instagram un foto luciendo un cuerpo envidiable con 37 semanas de gestación.
Para tratar la pregorexia, al igual que la anorexia, se requiere de un equipo multidisciplinario que involucre a psicólogos , nutriólogos y endocrinólogos . La participación de cada uno de esos especialistas dependerá del informe que emita el ginecobstetra.
Cristian Espinosa Araujo , especializado en Medicina Materno-Fetal y profesor de la Universidad San Francisco de Quito, asegura que este trastorno se presenta con mayor frecuencia en mujeres que sufrieron anorexia o bulimia antes de embarazarse.
Entre las enfermedades que genera la pregorexia a la madre están la osteoporosis , la anemia y la desnutrición. Eso sucede porque el feto, a través de la placenta , absorbe los nutrientes de huesos y músculos.
En casos de extrema desnutrición de la madre podría ocurrir una muerte fetal. Además, de acuerdo con Espinosa, está comprobado que un hijo de una mamá con pregorexia puede desarrollar, a futuro, diabetes e hipertensión arterial.
Aunque el peso considerado saludable varía en cada persona , por su contextura y talla, se dice que una mujer está lista para embarazarse cuando su índice de masa corporal se ubica dentro de los 18,5 kg/m². El dato se lo obtiene dividiendo el peso en kilogramos por la altura calculada en metros cuadrados.
El peso ideal de un bebé nacido entre las 38 y 41 semanas, en cambio, oscila entre los 2 500 gramos y 4 000 gramos.
Para calmar a las madres que llegan a su consultorio con este tipo de trastornos , Espinosa les cuenta que es normal un incremento de peso en el embarazo, pues existe mayor demanda de energía y de calorías. Por lo tanto, el consumo de proteínas , carbohidratos, grasas, frutas y minerales también debe incrementarse.
Si el embarazo está fuera de cualquier riesgo, la sugerencia es seguir con una vida normal: estudiar, hacer ejercicio. 30 minutos diarios de entrenamiento son suficientes , con cargas reducidas (peso).
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