El Nacional / El cuerpo funciona con oxígeno y cuando no le damos la cantidad que necesita se produce un déficit que inevitablemente tenemos que reponer.
Esto suele suceder entre las personas que realizan una actividad física de mucha intensidad y explosiva, así sea de manera espontánea como una carrera, o un entrenamiento con intervalos de alta intensidad o HIIT, como se le conoce por sus siglas en inglés.
Pero el déficit de oxígeno no puede ser eterno y el organismo comienza a reducirlo desde el mismo momento en el que la persona finaliza la actividad física.
Los ejercicios intervalos de alta intensidad generan un mayor déficit y deuda de oxígeno | Foto: ThinkStock
Es en ese período de recuperación cuando el cuerpo paga su «deuda de oxígeno», consumiendo una cantidad que está por encima de la que normalmente necesitaría en reposo para poder llegar a los niveles con los que normalmente opera.
Positivo Si bien la capacidad de una persona para poder ampliar su déficit, y posterior deuda, varía dependiendo de su estado físico, también influye el tipo de ejercicio que realiza.
Es por eso que el desequilibrio entre el consumo y el gasto de oxígeno se intensifica cuando se llevan a cabo trabajos anaeróbicos y es menos relevante cuando los ejercicios son aeróbicos.
Un ejemplo es cuando sometemos al cuerpo a un esfuerzo físico repentino como en los entrenamientos HIIT en los que la cantidad de oxígeno que consumimos es menor a la que demanda el cuerpo, lo que afecta varios procesos que ocurren en el interior de nuestro organismo cuando estamos realizando el ejercicios.
Cada persona es diferente y dependiendo de su estado físico podrá mantener un déficit de oxígeno por más tiempo | foto: ThinkStock
Este déficit sólo se podrá eliminar cuando la persona finaliza el esfuerzo físico que estaba haciendo, entra en el período de recuperación y ocurre el denominado exceso de consumo de oxígeno postejercicio, un proceso que en inglés responde a las siglas de EPOC.
El incremento de oxígeno no sólo permite pagar la deuda tras detener el ejercicio, sino que mantiene trabajando al cuerpo un período de tiempo adicional, con lo que se produce un gasto de calorías mayor al que suele ocurrir en reposo.
¿Por qué del EPOC? Se repone el oxígeno que el cuerpo necesitaba pero que no le pudimos dar. Con un ritmo acelerado de respiración y del corazón aumenta el consumo de oxígeno para eliminar el dióxido de carbono del organismo. Mantiene activo el metabolismo. Aumenta la adrenalina y noradrenalina, con lo que también aumenta el consumo de oxígeno. Estas calorías, que provienen de la grasa en el cuerpo, beneficia la pérdida de peso.
El efecto del EPOC es mayor cuando recién finaliza el ejercicio y se va reduciendo con el paso del tiempo hasta alcanzar los niveles de reposo normales en la persona, un estado que al igual que las cantidades de calorías que se queman, varía dependiendo del individuo.